SEÚL.- Corea del Norte celebró hoy por todo lo alto el aniversario de la entronización hace nueve años de su líder, Kim Jong-il, al frente del Partido de los Trabajadores, pero no hizo mención alguna a su anunciada intención de hacer una prueba nuclear.
Este domingo, la cúpula norcoreana conmemoró una de las fechas más importante de su calendario comunista, la ascensión de Kim en 1997 al puesto de timonel del Partido de los Trabajadores de la República Democrática Popular, tres años después de la muerte de su padre, el fundador y presidente de Corea del Norte, Kim Il-sung.
"Nuestro líder ha dedicado su extraordinaria sapiencia y superior talento político a plasmar el desarrollo de nuestro estilo de socialismo", indicó en sus alabanzas el diario Rodong Shinmun, órgano de propaganda de la Administración de Kim Jong-il.
Aunque no tiene título oficial como figura suprema de Corea del Norte, pues se negó a asumir el de Presidente tras la muerte de su padre, Kim Jong-il, de 63 años, ostenta además del cargo de secretario general del Partido de los Trabajadores el de presidente de la Comisión Nacional de Defensa.
Esto le convierte en el jefe supremo de los cerca de 1.100.000 soldados de que consta el Ejército norcoreano.
"En los momentos en que los enemigos despotricaban para hacer desaparecer nuestra república, nuestro amado líder izaba nuestra bandera militar más alta que nunca", proclamó este domingo la Cadena Central de Radio de Corea del Norte, otro órganos propagandístico.
Corea del Norte anunció el 5 de febrero de 2005 que se hallaba en posesión de armas atómicas y el pasado 3 de octubre indicó que se disponía a probar una de esas bombas.
Esta noticia puso en estado de alerta a los países vecinos, sobre todo a Corea del Sur y Japón, y motivó una airada respuesta internacional en el seno de Naciones Unidas.
El Consejo de Seguridad de la ONU difundió una declaración presidencial en la que instaba a Corea del Norte a que desistiera de sus aviesas intenciones y reclamaba su vuelta al diálogo a seis bandas (con Corea del Sur, Estados Unidos, Rusia, China y Japón) para resolver la crisis que plantea su programa nuclear.
El temor era que esa prueba nuclear, para la que el mensaje del Ministerio de Exteriores norcoreano no dio fecha alguna, se produjera hoy, con motivo de las conmemoraciones que tienen lugar en Corea del Norte.
En las proclamas lanzadas este domingo por los medios de propaganda norcoreanos no se hizo alusión a ese ensayo nuclear, pero ello no ha llevado a bajar la guardia en la región.
Fuentes del Gobierno surcoreano citadas por la agencia de noticias Yonhap indicaron que la alerta máxima continuará, aunque no se hayan detectado nuevos indicios o preparativos de una prueba que, según los expertos, sería subterránea y en una de las instalaciones del norte del país comunista.
El pasado mes de agosto, los servicios secretos norteamericanos y surcoreanos ya adelantaron que en Corea del Norte había indicios que apuntaban a los preparativos de una prueba nuclear.
La cadena de televisión norteamericana ABC difundió entonces la noticia de la detección, por el espionaje estadounidense, de "movimiento sospechoso de vehículos" en uno de los emplazamientos donde los norcoreanos podrían hacer pruebas nucleares subterráneas.
Analistas citados hoy por la prensa surcoreana insistieron que el test nuclear podría ser entre este domingo y el martes, cuando se celebra el sexagésimo primer aniversario de la fundación del partido comunista norcoreano.
Japón advirtió ayer de que reclamará sanciones inmediatas del Consejo de Seguridad de la ONU contra Corea del Norte si este país realiza la prueba nuclear.
Hoy, uno de los principales dirigentes del gobernante Partido Liberal Demócrata de Japón (PLD), Shichi Nakagawa, demandó sanciones preventivas, como la realización de inspecciones a los barcos de Corea del Norte o incluso el fin del comercio con este país.