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Santiago: Domingo 01 de septiembre del 2024 | Actualizado 01:46
A pleno sólo miles de partidarios del ex general Pinochet esperan para poder entrar a despedirse de él.
El MercurioSANTIAGO.- El calor que a esta hora arrecia en Santiago no es impedimento para que sigan llegando en gran cantidad los partidarios del fallecido general (r) Augusto Pinochet a la Escuela Militar, donde son velados sus restos. Tampoco los insultos de los conductores que pasan por Américo Vespucio, ni hacer una cola que puede prolongarse hasta por ocho horas.
Según Carabineros, ya son cerca de cinco mil los adherentes presentes en el recinto castrense y éstos seguirán aumentando. "En la última hora, la cantidad de público a subido en un 40%, por eso estimamos que van a llegar más personas", dijo a Emol el capitán de la fuerza pública, Francisco Ramos Vega.
No obstante, a pesar de la cantidad de personas y lo acalorado de los ánimos porque no se le rindiera honores como ex Presidente a Pinochet, la jornada en el sector ha estado marcado por la normalidad.
Sólo ha habido dos detenidos, que junto a un grupo de presuntos neonazis destrozaron esta mañana los ventanales de un edificio en construcción en reacción a los insultos de unos obreros que trabajaban en la obra. Una de las atacantes es la conocida pinochetista Luz Gajardo.
"Salvo ese incidente, todo ha estado tranquilo. No ha habido desmayos ni enfrentamientos”, puntualizó el capitán Ramos Vega, quien agregó que "Carabineros está preparado para controlar a la gran cantidad de personas".
En este ambiente, los partidarios de Pinochet viven su duelo. Estos representan una multitud heterogénea, que incluye a profesionales, estudiantes, jubilados y empresarios, incluso frente al parque de la Escuela Militar todo el día un grupo de jóvenes neonazis también hacen guardia para rendirle honores al ex militar.
"Chiquillas, todas vestidas de negro"
Todos marchan ataviados con banderas, chapitas y símbolos patrios, como María Orellana, mujer de 50 años, pinochetista de toda la vida, que cerca de las 11:00 horas de hoy organizaba las actividades de mañana, diciendo: "Chiquillas, todas vestidas de negro y los hombres con corbata negra para despedir al general", quien será cremado.
La señora repitió la instrucción cerca de 100 veces a lo largo de toda la fila de partidarios, que esperaban su turno para ver el féretro con los restos mortales del militar.
Mientras Orellana daba estas instrucciones, espontáneamente surgían gritos conmemorativos: "Pinochet, Pinochet, no se suicidó, a él se lo llevó Dios", o "Pinochet, Pinochet, aquí estamos otra vez", estos gritos eran acompañados de arengas del tipo: "Vamos, canten más fuerte que por eso siempre nos ganan los comunistas".
"Vengo a ver al único mejor soldado de la patria que ha salido después de O'Higgins, no me importa que Bachelet no le haya dado honores como Presidente, la historia se los dará. Yo siempre estaré del lado de los que nos libraron del comunismo", declaraba por su parte, Nelson Ruiz, un electricista de 50 años, explicando por qué vino a ver el cuerpo del general.
Otros más sacrificados, reconocen llevar cerca de seis horas bajo el sol esperando por entrar a ver el cuerpo de Pinochet. Es el caso de Habana Saavedra (42 años). "Yo fui a ver a Pinochet cuando estuvo detenido en Londres el año 99. Pedí un préstamo a ocho meses, y lo pagué con mucho orgullo. Y hoy estoy aquí con más ganas todavía", dijo la leal seguidora, que, de paso, reconoció que sus amigas Pinochetistas le dicen "Habanita" en broma, para no ofender a nadie nombrando a la capital de la "comunista" Cuba.
Claro que si el calor perjudica a unos, favorece a otros. Los vendedores de helados, sombrillas y sombreros han aumentado sus ventas al doble, reconocen. La oferta ha elevado los precios, generando reclamos en algunos partidarios.
"Los helados que valían cien pesos, ahora cuestan doscientos", reclamaba Javier García, ex militar. "De todas formas, estar aquí representa un hecho histórico para mi, no me arrepiento", dijo.
La información emanada de la Escuela Militar, indica que las puertas del recinto estarán abiertas hasta las ocho de la noche. Después de esa hora, nadie puede ingresar. Eso sí, los que quieran pasar la noche para hacer vela a Pinochet, están en su libertad de hacerlo en las cercanías del recinto castrense.
Mañana, en tanto, las puertas se abrirán cerca de las 10 de la mañana.
Leonor Jiménez (46 años, dueña de casa): "Llevo ocho horas esperando por ver a mi general. Lo amo, porque nos liberó del comunismo. Mi familia pasó mucha hambre con Allende. Como no pertenecíamos a ningún sindicato de vecinos, las GAP no nos daban nada. Pinochet acabó con todo eso, por eso yo estoy aquí, para agradecerlo. Cuando vea su cuerpo, no sé qué va a pasar".
Erick González: "No importa el calor.Podemos aguantarlo con tal de dar las gracias al general. Es una vergüenza que Bachellet no le haya dado un funeral como Presidente, por que él, más que ningún otro, se lo merecía".
Alan Rückert (17 años, alumno del Santiago Collage): “Estoy triste, porque a mi general no le rindieron honores como Presidente".
David Gómez (21, estudiante): “Pinochet fue una gran persona que liberó a Chile del marxismo, mi familia sufrió mucho con Allende, hicieron muchas filas, es un libertador, un segundo de Bernardo O'Higgins".
