Roberto Baggio justo antes de superar a Nelson Tapia tras un penal inexistente que le dio el empate a los europeos.
José AlvújarSANTIAGO.- Otra vez lo mismo. Estuvimos a punto de ganar, pero a último minuto "no se dieron las cosas". Nuestra exótica Isla de Pascua, con el estandarte de sus misteriosos moais que atrajeron hasta a Kevin Costner, se perfilaba en el grupo de las diez más votadas para alcanzar el turístico estatus de nueva maravilla del mundo. Y finalmente no lo consiguió. Pero la derrota ni siquiera provocó enojo, porque predominó la extraña gratificación de que estuvimos ahí, "casi casi".
Sin embargo, los monumentos de piedra no son los únicos que, como buenos chilenos, estuvieron a punto de alcanzar la gloria y no lo hicieron. Parece que todo comenzó el 5 de agosto de 1928, cuando el maratonista nacional Manuel Plaza estuvo a punto de ganar la competencia olímpica en Amsterdam, pero finalmente se debió conformar con la medalla de plata. Según se dice, estuvo tan a punto de obtener el triunfo que sólo perdió porque tomó una calle equivocada poco antes de la meta.
Continuando, en el deporte rey, una saga más actual es la "Roja" en Francia '98, el último mundial al que asistió, donde casi, pero casi, gana sus tres primeros partidos. Las expectativas eran elevadas, los niños no iban a clases para ver el fútbol y Bonvallet era una especie de Yoda. Chile había clasificado ocupando, obviamente, el último cupo. En el primer encuentro contra Italia, el "matador" había marcado dos tantos para el cuadro nacional, la euforia invadía al país cuando, estando 2-1 arriba, un célebre árbitro africano cobra a favor de Italia un penal que nunca existió.
En el segundo encuentro, contra Austria, Chile se impuso 1-0 durante todo el partido. Y debió haberlo logrado si es que no existieran los minutos adicionales y en la última jugada del último minuto, justo mientras el árbitro buscaba el pito para terminar el encuentro, los europeos no hubieran acertado al arco un difícil disparo de media distancia, al ritmo de un lastimero "Vaaaastic, Vaaaastic…" de Pedro Carcuro, quien remató con un sentido por todos: "Por qué a nosotros, Sergio".
Después de tales experiencias, el empate en el tercer encuentro contra Camerún lo celebramos como si fuera un triunfo, porque obviamente casi lo ganamos.
"Si la pelota entraba era gol"
Pero la historia con los austriacos es aún más sórdida y se remonta al año 1982, cuando "casi casi" les empatamos en el mundial de España, abriendo opciones de clasificar a segunda ronda del torneo. Pero Caszely, que no fallaba nunca, se perdió justo aquel mítico penal que todavía pesa porque, como dice la célebre frase de un comentarista deportivo, "si la pelota entraba era gol".
En el tenis, la estadística es más favorable. De todas formas queda para el registro que Marcelo Ríos y Fernando González casi ganan un Grand Slam, al salir segundos en el Abierto de Australia, en 1998 y en 2007 respectivamente. Pero nadie puede decir que no estuvieron ahí.
Aunque no sólo el deporte es cuna de los "casi casi". Es cosa de adentrarse un poco en la geografía para darse cuenta que nuestro volcán de bello nombre "Nevado Ojos del Salado" es la segunda –sí, casi la primera- mayor altura del continente, siendo sólo superada por el monte Aconcagua, que también es en parte chileno, pero su imponente cumbre se yergue justo en el lado argentino. Un "casi casi" por donde se le mire.
Finalmente, cabe mencionar aquella brumosa "competencia internacional" en que el himno de Chile salió elegido el segundo más lindo del mundo, siendo superado sólo por la épica "Marsellesa". Lo llamativo de esta marca es que dicho certamen parece acercarse más a un mito que a un dato histórico. Y así y todo, no lo ganamos. Mejor dicho, "casi casi" lo ganamos.