SANTIAGO.- Agrupaciones de izquierda se enfrentaron este mediodía con los representantes del Partido Socialista que realizaban un homenaje ante la estatua de Salvador Allende en la Plaza de la Constitución.
Durante todo el discurso del timonel del PS, Camilo Escalona, se escucharon pifias y consignas contra el senador y la Presidenta Michelle Bachelet.
"¡Michelle aprende la dignidad de Allende!", gritaban los manifestantes, entre los que se encontraban representantes de los pueblos originarios.
Cuando terminó su alocución, Escalona se retiró por calle Morandé hacia Agustinas y miembros de los grupos de izquierda se abalanzaron sobre él para lanzarle monedas y escupos. En ese momento, los militantes del PS concurrieron a defenderlo y comenzó un violento altercado.
La policía montada, que se mantenía a unos 50 metros de distancia, debió apostarse junto al monumento para contener a ambos grupos.
Las actividades en la Plaza de la Constitución debieron ser suspendidas por cerca de 10 minutos.
El secretario general del PS, Marcelo Schilling, afirmó más tarde que recibió el llamado del dirigente del PC Lautaro Carmona, quien le pidió disculpas por los incidentes provocados por militantes de la colectividad cuando la directiva socialista rendía homenaje a Salvador Allende. Además, Carmona se comprometió a iniciar una investigación para aclarar los hechos.
"Confundir el progresismo con el vandalismo es un error brutal"
Poco antes de que ocurriera esta incidente, el senador PS señaló en La Moneda que el mensaje principal en este día va dirigido a los jóvenes, ya que "muchos piensan que a través de la confrontación brutal con las fuerzas policiales se puede reivindicar la memoria de Salvador Allende" y "cuando se impone la violencia, la suerte de los pueblos queda sin destino ninguno".
A su juicio, confundir las ideas progresistas y de izquierda con el vandalismo es "un error garrafal".
Señaló además que "lo que queda claro es que el gran vándalo que hubo en la historia de Chile se llama Augusto Pinochet y no lo podemos evitar".
Según dijo, el problema no es la marcha, sino el vandalismo "que nos está impidiendo gozar de lo que es esencial en democracia, que es poder hacer uso de los espacios públicos".