Bachelet advierte que deuda social terminará dañando legitimidad de las democracias

SANTIAGO.- Con un discurso marcado por lo social y poniendo énfasis en la deuda que los Estados mantienen en esa materia, la Presidenta Michelle Bachelet dio por inaugurada la XVII edición de la Cumbre Iberoamericana.

"Tenemos que ser autocríticos: la dimensión social en estos años no ha recibido la misma prioridad que tuvo la democratización política y la modernización económica. Y esta realidad sin duda no sólo explica las tremendas injusticias, sino, además, terminará dañando la legitimidad de las democracias que tanto nos ha costado reconstruir", señaló la Mandataria.

"A pesar de los innegables progresos de un siglo y a pesar de las buenas perspectivas de los últimos años no hemos sido capaces de construir un camino firme hacia la construcción de sociedades incluyentes", añadió.

Sostuvo asimismo que "el mercado no tiene conciencia y tampoco misericordia. Hay que encontrar la manera de insertarlo a la sociedad para que sea la expresión del pacto social y un instrumento de justicia y equidad".

A su juicio, un sistema democrático "no madura ni es sólido si no va de la mano de un sistema de derechos y protección social que le de estabilidad integral a nuestros países, y seguridad real a nuestra gente".

Por ello, afirmó, uno de los principales objetivos de la sociedad actual es lograr que todos los estamentos del país sean capaces de construir acuerdos y consensos.

"En nuestras manos está la posibilidad de llegar al bicentenario con una Iberoamérica concertada, terminar con la pobreza y consolidar la democracia", sostuvo.

Finalizó diciendo que el gran desafío de la cita de mandatarios es alcanzar "una Iberoamérica sin niños viviendo en la calle o trabajando, sino estudiando, desarrollándose, una Iberoamérica pujante, dinámica y próspera, donde todos sus hijos e hijas quieran y puedan vivir en ella sin temor y en plena dignidad".

Iglesias: "Es el tiempo de la verdad"

En la misma línea el Secretario General Iberoamericano, Enrique Iglesias, que intervino previamente, hizo un llamado a "revertir de una vez por todas el patrón histórico de crecimiento con exclusión en la región".

Agregó que "es el tiempo de la verdad", en el que América Latina tiene que saber "cómo crecer sostenidamente" y cómo resolver "las disparidades sociales, territoriales, de etnia y género y los dramáticos bolsones de excluidos".

Según dijo, la cohesión social significa "enfrentarnos abiertamente a la desigualdad, que conspira contra el crecimiento económico, que mina el sentido de pertenencia de los ciudadanos y erosiona la democracia".

Iglesias defendió "la necesidad de promover grandes acuerdos entre los actores sociales, públicos y privados" para enfrentarse con éxito a los problemas que supone alcanzar una mayor cohesión social.

Aludió asimismo a la necesidad de contar "con un mercado que asegure el crecimiento y un Estado que distribuya los beneficios del crecimiento a toda la población".

En tanto, el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, que también tomó la palabra en la apertura de la cumbre, aseveró que la cohesión social es "fundamental para alcanzar las metas del milenio", en temas de inmigración y para afrontar desafíos como el cambio climático.