PUERTO MONTT.- Ni el hongo de cenizas tóxicas formado por la erupción del volcán Chaitén, ni los temblores o ruidos subterráneos del macizo, parecen ser suficientes para desvanecer el sueño de cientos de chaiteninos de volver a su tierra en el más breve plazo.
La furia desatada desde hace casi una semana del Chaitén obligó a la evacuación total del pueblo del mismo nombre, distante a sólo 10 kilómetros del macizo, y que hoy permanece cubierto por las cenizas y material pirocláctico del volcán que contaminó el agua superficial y hace casi irrespirable el aire a ratos.
Pero María Angélica Hermosilla, de 42 años, cuenta los días para que todo acabe y emprender el regreso a Chaitén. "Si me dan la posibilidad de volver lo hago a ojos cerrados", dijo emocionada mientras se encuentra albergada en Puerto Montt.
"No hay nada como Chaitén, ahí todos nos conocemos, somos como una gran familia, no hay violencia ni asaltos", agregó casi resignada, mientras en el horizonte se aprecia el hongo dejado por el volcán tras una fuerte erupción.
Terremoto gris
Hasta ahora la inusitada fuerza del volcán de 1.000 metros de altura, que no registra historia reciente de erupción, se ha manifestado mediante la emisión de cenizas que han alcanzado incluso localidades cordilleranas de Argentina, provocando daños a la agricultura y la ganadería, tal como ocurrió en 1991 con el volcán Hudson.
"Cuando el espesor acumulado (en el suelo de las cenizas) es demasiado grande, probablemente las tierras agrícolas tarden bastante tiempo en retomar sus características iniciales", dijo Luis Lara, vulcanólogo del Servicio Nacional de Geología y Minería.
Lara recordó que en el caso de la última erupción del volcán Hudson, en la que el hongo de gases y cenizas alcanzó varios kilómetros de altura, el suelo para la agricultura demoró más de dos años en recuperarse.
"Esta no es la primera vez que he tenido que partir de cero con mi familia. Quizás en el corto plazo voy a buscar un trabajo acá en Puerto Montt, pero me gustaría volver", dijo Patricio Ide, mecánico y metalúrgico de 42 años.
La Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) se comprometió a entregar ayuda económica y una ubicación momentánea de los miles de damnificados, mientras se observa el desarrollo eruptivo del Chaitén.
La última etapa de este proceso sería "el retorno a sus hogares, ojalá con la zona ya
recuperada, ojalá con el volcán ya calmado. Pero en esta fase no podemos aún establecer plazos, porque todo va a depender del proceso eruptivo del volcán", dijo Carmen Fernández, directora de la Onemi.
Agregó que serán claves los resultados que arrojen los estudios del suelo y agua contaminada en la zona, una vez que termine el proceso eruptivo, aunque el Gobierno ya esbozó la posibilidad de reubicar los pueblos de Chaitén y de Futaleufú, los más afectados por la actividad del macizo.
Pero los chaiteninos no pierden la esperanza de volver a sus tierras.
"Creo que nadie ha perdido la fe de volver a Chaitén, a todos nos gustaría, porque ahí están nuestras vida, nuestras raíces", dijo Carola Pérez, dueña de casa y madre de un hijo.
"Imagínese si nos mandan a otra parte, qué vamos a hacer en otro lugar, es difícil. Creo que la mayoría de la gente quiere volver, yo quiero volver. No tengo miedo", aseguró.