Villegas comenta que se ha negado a dejar su puesto de trabajo porque la radio es el único medio que tiene mucha gente de la zona para comunicarse.
Mario Quilodrán, El MercurioSANTIAGO.- Apenas unos trescientos habitantes quedan en Futaleufú, de los 1.826 que suelen dar vida a esta zona de la Provincia de Palena, Región de los Lagos. "La mayoría son campesinos; cincuenta son funcionarios públicos y el resto civiles como yo, que seguimos trabajando acá", dice Javier Villegas, el locutor de la única emisora FM chilena que es posible sintonizar en esa localidad: radio Estrella del Mar.
A pesar de la gran evacuación que viene desarrollándose desde el viernes, cuando el volcán Chaitén comenzó a expulsar una gran lluvia de ceniza, este hombre de 41 años se mantiene al pie del cañón, dando a conocer a los pobladores que van quedando en la localidad los últimos informes noticiosos que han tenido al país y a gran parte de los medios internacionales pendientes de lo que sucede en esta zona austral.
"Tiene que ver con un tema de servicio público", admite. "Hay gente que depende sólo de lo que nosotros les informamos. No tienen celular ni teléfonos públicos… No la podemos abandonar", explica.
Desde que la Fundación Estrella del Mar, de monseñor Juan Luis Yser, decidió crear en 1994 esta radio en Futaleufú - al igual como lo hizo en otras ciudades como Palena, Chaitén, Castro y Quellón- Javier llega sagradamente a las nueve de la mañana para comenzar con las transmisiones. Él las dirige, haciendo de forma simultánea la labor de locutor y radiocontrolador.
Su prima, Doris Almarza, quien tiene su propio programa radial en la estación, es su principal ayudante, sin olvidar la colaboración de algunos amigos "sobre todo en el tema de poder hacer fueguito aquí en la radio, para que no nos entumamos durante la noche o en la mañana y para atender el teléfono", comenta.
En estos últimos días, Villegas ha debido aprovechar la ayuda de vecinos para sobrellevar la responsabilidad de ser el único medio radial chileno presente en Futaleufú, lo que le ha dejado prácticamente con la labor de coordinar temas como el racionamiento del agua y los traslados de la gente a ciudades libres del peligro del volcán.
Las canciones de Juan Luis Guerra, de Alberto Plaza y del folklore latinoamericano le han servido para distraer los ánimos, entre los llamados telefónicos de personas que han querido compartir la pena de ver a sus familiares partir lejos para protegerse de una posible catástrofe.
Pero por ellos, y para ellos, está su locutor, Javier Villegas, quien por más que el volcán Chaitén aumente su actividad y amenace con una nube gris que no deja de crecer, mantiene las esperanzas: "Tengo fe en Dios y sé que no nos hemos portado tan mal como para que nos castigue tan feo".