SANTIAGO.- Chile quiere sumar una partida de 16 aviones de combate F-16 usados a su flota de guerra, que ya dispone de 28 de estos cazabombarderos, según revelaron fuentes de Defensa a la agencia DPA.
Consultado sobre la operación, el subsecretario de Aviación, Raúl Vergara, dijo que el proceso estaba siendo llevado adelante en forma íntegra por la Fuerza Aérea. "Yo no dispongo de más información", se excusó.
Las nuevas aeronaves serán adquiridas a Holanda y reemplazarán a los F-5E Tigre III, que serán retirados a fines de 2009 de la base de Cerro Moreno, ubicada en las afueras de Antofagasta.
De los 28 cazabombarderos que posee actualmente el país, diez son unidades nuevas de la variante C/D Block 50, que fueron comprados en más de 660 millones de dólares en 2002.
Hace tres años, el país también adquirió 18 naves de segunda mano de la variante A/B MLU de Holanda, a un costo de 180 millones de dólares. Estos equipos reemplazaron a los Mirage 5 Elkan y Mirage 50/Pantera, dados de baja hace unos años.
Este segundo lote de F-16 MLU, excedentes de Real Fuerza Aérea Holandesa, tiene un valor aproximado de 170 millones de dólares, y las naves se entregarán en el curso del año 2009.
Holanda se comprometió a transferir, además, un volumen importante de repuestos, así como manuales y soporte técnico adicional para el mantenimiento de los aviones.
Con esta compra, la Fuerza Aérea de Chile contará con 44 aviones F-16, que hará que exista una economía de costo en aspectos relacionados con la instrucción, el mantenimiento y la logística.
Las aeronaves no tendrán una base fija, pero se especula que como los 28 aviones existentes están en el norte chileno, los que se comprarán a Holanda podrían destinarse a la zona austral del país.
Expertos discrepan sobre destino de los F-16
Respecto al destino de los aviones, el experto Eduardo Santos señaló que, pese a que no hay hipótesis de conflicto en el sur de Chile y Argentina, "es bueno dar una señal que resalte la importancia geopolítica del extremo sur".
Sobre lo mismo, matizó que "es un trabajo y una responsabilidad conjunta de ambos países proteger la zona austral".
El analista de defensa Armen Kouyoumdjian, en cambio, cree que la operación va en sentido contrario a los esfuerzos de integración entre Chile y Argentina, que celebran este año las tres décadas de su Tratado de Paz y Amistad por el litigio del Canal del Beagle.
"Efectivamente, va en sentido contrario de todas las medidas de confianza mutua de los últimos tiempo", resumió.
Para José Higuera, coordinador de la comisión de Defensa del PPD, "la posibilidad de que estos F-16 sean desplegados en forma permanente o temporal en la zona austral no debe ser interpretado como una señal de desconfianza hacia Argentina, ya que es evidente que las relaciones entre Chile y ese país hermano pasan por un excelente momento".
Agregó que "esa eventualidad debe ser vista a la luz de la necesidad de que los medios de la Fuerza Aérea estén preparados para operar en los distintos escenarios geográficos y climatológicos que caracterizan al territorio nacional".
Higuera destacó que "la decisión de estandarizar el equipamiento de las unidades de combate de primera línea con el F-16 tiene ventajas, en lo que se refiere a entrenamiento, mantenimiento y logística, lo que debería contribuir a reducir algunos costos".
Advirtió, sin embargo, que "es necesario que las autoridades políticas armonicen la inversión en estas compras con los aspectos presupuestarios ligados a la operatividad del nuevo material, de modo que se desarrollen las capacidades y la eficiencia operativa que justificarían estas adquisiciones".
Chile dispone de ahorros por 3.000 millones de dólares para la compra de equipamientos militares, tales como sistemas antiaéreos, sonares de profundidad variable y aviones de alerta temprana, revelaron a DPA asesores de Defensa.
Las reservas monetarias para estos fines podrían incluso crecer en los próximos meses, toda vez que sólo hasta junio sumaban 2.934 millones de dólares, comentó el analista Eduardo Santos.
En diez años Chile adquirió dos submarinos nuevos a Francia y España, 350 tanques Leopard 1 y 2 en Holanda y Alemania, 28 aviones cazabombarderos F-16 nuevos y de segunda mano en Estados Unidos y Holanda y ocho fragatas usadas en Holanda e Inglaterra.
Más recientemente se compraron 100 vehículos de combate Marder a Alemania, 12 helicópteros Bell 412 (a Estados Unidos), tres aviones de patrullaje marítimo CASA C-295 (España), diez helicópteros AS535 Super Puma (Francia) y 12 aviones turbo-hélice de ataque y entrenamiento Súper Tucano (Brasil).
En total, desde el retorno a la democracia en 1990 hasta fines de 2010, el país habrá hecho las mayores adquisiciones bélicas de su historia por montos de varios miles de millones de dólares.