SANTIAGO.- Las negociaciones para que Chile compre en Estados Unidos el buque de apoyo logístico T-AO-190 Andrew J. Higgins se encuentran en su etapa final, informaron hoy a dpa fuentes cercanas a defensa.
Esto se da después de que el Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, promulgara el pasado viernes 17 de octubre la ley que permite la transferencia a Chile de dicha unidad.
La iniciativa fue aprobada antes por las dos cámaras del Congreso de los Estados Unidos.
La nueva nave, con una vida útil remanente estimada en entre 25 y 30 años, será adquirida para reemplazar al viejo petrolero AO-53 Araucano, que fue completado en Dinamarca hace 41 años y está en servicio hace 40 años en Chile.
Reemplazo de antigua unidad
Este petrolero debe ser reemplazado dentro de un corto plazo, debido a su antigüedad y a que llegó al fin de su vida útil.
Hace un tiempo, el comandante en jefe de la Armada de Chile, almirante Rodolfo Codina, señaló que la adquisición y puesta en servicio del nuevo petrolero, que está en reserva desde el año 1996, costará cerca de 50 millones de dólares.
La marina chilena dispone de 20 millones de dólares adicionales, para el caso que sean necesarios otros trabajos de modificación y adecuación de la nave.
Características
El T-AO Andrew J. Higgins es una nave de apoyo logístico de la Clase Henry Kaiser completada en el año 1987.
De 206 metros de largo y con un desplazamiento total de 42.000 toneladas, no sólo permite llevar petróleo, sino que también puede transportar otros combustibles líquidos, carga seca, repuestos y municiones.
Aunque no cuenta con hangar, sí posee una espaciosa cubierta de vuelo.
Es propulsado por motores diesel, menos complejos de mantener y más eficientes y baratos de operar en términos de costos y consumo de combustible, en comparación a las viejas turbinas de vapor del petrolero con que hoy cuenta la marina chilena.
Los antecedentes indican que el ex USS Andrew J. Jackson, que es una nave monocasco, será modificado a una configuración de doble casco y doble fondo, para cumplir con la legislación marítima internacional y aumentar su seguridad frente a posibles accidentes, evitando así el peligro de filtraciones contaminantes de combustible y otros materiales.
Con algunas modificaciones y aprovechando sus amplios espacios interiores, el buque logístico podría también transportar algunas tropas, como lo hace la armada argentina con su petrolero de origen francés Patagonia, o acomodar talleres de reparación y mantenimiento a bordo.