SANTIAGO.- El gobierno decidió esta tarde quitarle la calificación de discusión inmediata a al proyecto que establece el voto voluntario y la inscripción automática, iniciativa que posibilita la participación de 3,8 millones de nuevos electores y que mañana debía ser votada en la Cámara de Diputados.
Según anunció el ministro Secretario General de la Presidencia, José Antonio Viera-Gallo, el proyecto tendrá ahora suma urgencia, lo que implica que en 10 días se debe votar en general y particular en la misma sesión.
La determinación se tomó luego que el Ejecutivo constatara que la iniciativa estaba en peligro de perderse ante el inesperado rechazo que manifestaron diputados de la DC y el PS en la sesión de la comisión de Constitución, Legislación y Justicia.
"A petición del presidente de la comisión, de diputados de gobierno y de oposición, el gobierno ha decidido cambiar la urgencia en este proyecto, de tal manera que de discusión inmediata se pase a suma urgencia y con lo cual los diputados van a tener la ocasión de escuchar expertos y analizar las indicaciones que quieren hacer y con el compromiso de que la comisión lo despache dentro del mes de enero", explicó Viera-Gallo.
Ya esta tarde el jefe de bancada de la DC, Eduardo Saffirio había manifestado su desacuerdo con el voto voluntario, señalando que bajo su punto de vista, el voto es un derecho y también un deber.
En la misma línea, el subjefe de bancada, Gonzalo Duarte, sostuvo que la experiencia indica que el voto voluntario ha provocado varios problemas de legitimidad con los sistemas políticos y que un ejemplo de ello es el sistema colombiano.
Por el contrario, el presidente del partido, Juan Carlos Latorre, además de los diputados Patricio Walker, Gabriel Silber y Roberto León comprometieron su respaldo al proyecto.
En tanto, el diputado PS, Marcelo Schilling, integrante de la comisión, también anunció que votaría en contra del voto voluntario y aseguró que su posición era compartida por otros diputados socialistas.
El escenario complica a La Moneda, que necesita 69 sufragios para aprobar la iniciativa y para ello apostaba a lograr el respaldo de todo el oficialismo y de RN.
Sin embargo, el desorden oficialista, sumado al rechazo de los diputados del PRI y la negativa de la UDI para apoyar la inscripción automática hacen casi imposible que la reforma se aplique para las elecciones presidenciales y parlamentarias de fin de año.
De hecho, la Cámara sólo verá el tema en marzo, lo que impediría que se cumplieran los plazos establecidos por el director del Servicio Electoral, Juan Ignacio García, quien advirtió que su repartición estaba preparada para llevar a cabo el nuevo sistema, siempre y cuando la tramitación legislativa estuviera finiquitada en abril.