Los dueños de la discoteca no recibirán ninguna condena, ya que la causa fue prescrita.
El MercurioSANTIAGO.- Tuvieron que pasar 17 años desde el incendio que afectó a la discoteca “Divine” de Valparaíso -donde murieron 16 personas- para que finalmente, pese a que la causa está prescrita desde 2003, se pudiera aclarar y ratificar que la causante de la tragedia fue una falla eléctrica y no un atentando homofóbico.
El último informe publicado por el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), el cual recopiló los detalles del incendio de la investigación que se desarrolló una vez que prescribió el caso, enumera una serie de deficiencias en la mantención de lugar y en las puertas de escape.
De acuerdo a los testigos, en agosto de 1993 –un mes antes de la tragedia- los dueños, Nelson Arellano y Arturo Masafierro, cubrieron las paredes y techos de la zona de acceso con cubrepiso, el cual fue pegado con agorex, elemento de fácil combustión, según los peritos.
También se instalaron nuevos equipos como televisores, luminarias y elementos de audio, ampliando el amperaje de 15 a 30 con cables de 1,5 milímetros, cuando la norma exige 2,5.
“Se trata de fusibles tipo tapón que fue ocultado a los fiscalizadores para obtener el permiso normal de funcionamiento (...), conducta que en ningún momento previno la posibilidad de provocar sobrecalentamiento de los conductores eléctricos por una instalación obsoleta”, dijo en esa ocasión el investigador Claudio Alarcón, quien en mayo de 2006 fue designado en forma exclusiva para investigar el caso.
Asimismo, precisó que dicha instalación estaba ubicada tras una puerta batiente, la cual “fue retirada del sitio del suceso, con el fin de ocultar la real causa del sinistro, en forma dolosa.
Respecto a la puerta de escape, las pericias determinaron que ésta no estaba habilitada.
“No sólo estaba cerrada con un pestillo. Tenía una cadena y un candado y, peor aún, se abría hacia adentro, lo que impidió abrirla a tiempo y obligó a bomberos a derribarla. Incluso, antes del incendio, se le indicó a Arellano que corrigiera este peligro y no lo hizo”, dijo el bombero Carlos Hernández.
Sólo se obtuvo una condena moral
El caso de la discoteca fue cerrado en marzo de 1994 por el juez del Séptimo Juzgado del Crimen de Valparaíso, Jorge Gándara, sin determinar las causas del incendio, ni tampoco la identidad ni el número de fallecidos.
Sin embargo, en 2003 y pese a que el caso ya estaba prescrito y por ende ya no se condenaría a los responsables, Movilh logró su reapertura, la cual determinó que la investigación de la tragedia no se había llevado a cabo en los tiempos procesales correspondientes.
“Sin perjuicio de que en el hecho investigado podría caber la responsabilidad de cuasidelito de homicidio, respecto de las víctimas del incendio ocurrido en la referida discoteca, en especial a la deficiente matención del sistema eléctrico local, lo que a juicio de esta sentenciadora habría permitido en el tiempo procesalmente adecuado hacer efectivas responsabilidades”, cita el fallo de sobreseimiento de la jueza del ex Quinto Juzgado de Valparaíso, Patricia Montenegro, ejecutoriado a principios de abril.
Según el presidente de Movilh, Rolando Jiménez, este fallo representa una condena moral en contra de los responsables.
“La verdad ya se sabe (...). Con esta resolución se rompe la injusticia del primer juez que vio la causa, Jorge Gándara, quien la cerró sin concluir nada y sin hacer referencia a ningún tipo de responsabilidad”, dijo Jiménez.