SANTIAGO.- El presidente del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), Rolando Jiménez, manifestó su respaldo al proyecto de ley anunciado ayer por el senador Fulvio Rossi (PS) para permitir las uniones civiles entre personas del mismo sexo.
Al respecto, Jiménez señaló que "con Fulvio Rossi tenemos una larga tradición de trabajo. Él siempre ha sido uno de los parlamentarios que ha respaldado las iniciativas y la promoción y la defensa de los derechos humanos de las minorías sexuales, por lo que tenemos confianza que está haciendo un planteamiento serio".
Por el contrario, criticó la actitud del presidente del PS, Osvaldo Andrade, quien si bien afirmó que las uniones civiles eran una "buena fórmula", estimó que la sociedad chilena todavía no está preparada para asumir una propuesta de ese tipo.
"Hace una semana y media hablé con Andrade y le planteé que fuera parte de una mesa de trabajo que elaborara un proyecto de ley que incluyera el matrimonio de las personas del mismo sexo (...) y estuvo de acuerdo con esa participación (...) Le pedimos a los parlamentarios más seriedad y consistencia", señaló Jiménez a radio Cooperativa.
Asimismo, pidió pasar "de los discursos a los hechos", recalcando que "llevamos dos períodos presidenciales discutiendo las uniones civiles y los mismos que se han pronunciado favorablemente no lo han llevado a la práctica".
El dirigente insistió además en sus críticas a los dichos de monseñor Francisco Javier Errázuriz, quien calificó como una "aberración" el matrimonio homosexual recientemente aprobado en Argentina.
Jiménez criticó el hecho de que el cardenal "hable de aberraciones y tuvo durante tres años conocimiento de las situaciones de abusos sexuales del padre Karadima y no fue capaz de llevarlo a los tribunales de justicia. No tienen calidad moral para hablar de aberraciones".
A su juicio, la declaración "da cuenta de la violencia y de lo grotesca que es la postura de las jerarquías de la Iglesia Católica, chilena y mundial, cuando señala que la orientación sexual del 10% de la población del mundo y de Chile es una aberración".