The Economist plantea en su análisis que de aprobarse la reforma, ''la próxima prueba PISA puede mostrar una mejora más grande en Chile''.
Héctor Yáñez, El MercurioSANTIAGO.- "La batalla del pizarrón". Así se titula el análisis que "The Economist" le dedica a la reforma educacional que pretende implementar el Gobierno de Sebastián Piñera, destacando que es "un ambicioso intento de obtener incentivos correctos en el aula".
La publicación británica señala que durante las dos décadas de gobiernos de centro-izquierda si bien aumentó el número de jóvenes que cursaron enseñanza media y universitaria, los contenidos y normas educativas no mejoraron.
"Eso no se ve corroborada por los resultados de (la prueba) PISA: las puntuaciones medias de Chile han aumentado constantemente desde el año 2000 (...) Pero como en otras partes de América Latina, las escuelas chilenas tienden a bloquear las desigualdades socioeconómicas en lugar de ayudar a los alumnos pobres a superar sus desventajas", explica el medio.
Por ello, agrega, "en las últimas pruebas nacionales de los puntajes de matemáticas de los alumnos de primaria de 4º año de la quinta parte más rica de la población, son un 35% superiores a los del quinto más pobre".
Según The Economist, el dinero es "el problema", ya que el sistema de subvenciones chileno difiere enormemente entre los colegios más pobres y más ricos. "El financiamiento por alumno recibido por las escuelas públicas es de aproximadamente US$100 al mes, una décima parte o menos de las tarifas aplicadas por las escuelas privadas que atienden a los ricos", sostiene.
No obstante, con la reforma que planea el Gobierno, el bono educativo del Estado se duplicará en una escala móvil vinculada a los ingresos familiares, y la inversión en educación se duplicará en 5 mil millones de pesos para 2018.
El análisis del semanario también apoya que la reforma incluya planes para asegurar que este dinero se invierta de forma correcta; becas para profesores de excelencia y un incentivo para "persuadir a los profesores mayores a jubilarse".
Pero lo que más se resalta es que la reforma pretende poner fin a la inamovilidad de los profesores de escuela estatales. "Bajo el plan de Piñera, los directores serán capaces de despedir hasta el 5% de los docentes", señala el semanario, en cuyo análisis plantea que de aprobarse la reforma "la próxima prueba PISA puede mostrar una mejora más grande en Chile".