SANTIAGO.- El filósofo José Andrés Murillo ratificó este viernes su denuncia en contra del sacerdote Fernando Karadima Fariña a quien acusa de haberle realizado tocaciones de índole sexual durante su juventud, mientras el religioso oficiaba de guía espiritual.
Por casi cuatro horas estuvo el profesional declarando en el despacho de la ministra en visita Jéssica González, a quien además le habría entregado nuevos antecedentes que hasta el momento no había dado.
A la salida del 34° Juzgado del Crimen se dio un tiempo para conversar con la prensa y expresar que no tiene inconvenientes en participar de ninguna diligencia que la magistrada estime conveniente, incluso un careo que lo enfrente con el ex párroco de El Bosque. "No hay secretos, no escondemos nada", sostuvo.
Al ser consultado sobre la diligencia desarrollada ayer por la magistrado en la oficina del abogado eclesiástico de Karadima, Juan Pablo Bulnes, donde incautó el proceso canónico que condenó al sacerdote, Murillo pidió a la jueza respetar "la privacidad de las personas".
"Todo lo que se haga por establecer la verdad de los hechos es bueno siempre que se respete la privacidad de las personas y la necesidad de guardar algunos antecedentes en secreto", dijo el filósofo.
El profesional explicó que el trabajo la ministra será beneficioso, siempre y cuando no se filtren los antecedentes que hay en el proceso eclesiástico. "Eso se contrapone en algunos casos con la intimidad y con la necesidad de mantener algunos datos en resguardo", aseguró.
En su denuncia ante el fiscal Xavier Armendáriz, el filósofo Murillo ya había expresado que necesitaba seguir la vía judicial sea cuales fueran las consecuencias.
"Cada cierto tiempo tengo pesadillas, con el tiempo en que participe en la parroquia de El Bosque y por lo que no fui capaz de hacer: Me ha causado muchísimo sufrimiento e impotencia y siento que es mi derecho y mi deber de ciudadano realizar esta denuncia, a pesar del tiempo que ha pasado", indicó en esa oportunidad.