RIO DE JANEIRO.- La expansión económica de China continuará firme durante los próximos años y desplazará a los Estados Unidos como primera potencia mundial en la primera mitad de este siglo, coincidieron hoy expertos reunidos en Río de Janeiro.
El sistema político de China ha sido eficaz, aunque no es el que a uno le guste para impulsar esta expansión, dijo Jacek Kugler, profesor de la universidad de Claremont (EE.UU.), así como consultor del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
Klugler, quien estudia las consecuencias internacionales de ese rápido crecimiento, prevé que China será la principal potencia económica global para 2040, cuando superará a Estados Unidos en cuanto a Producto Interno Bruto (PIB).
Ya en 2005, China superará a Gran Bretaña, luego a Alemania en 2010 y a Japón en 2015, según las previsiones.
"La productividad per cápita de China en 2050 todavía será un 26 por ciento la de Estados Unidos, pero debido a la enorme diferencia poblacional, la producción China será un 20 por ciento más que la de Estados Unidos", señaló Kluger.
El seminario "La ascensión de China, implicaciones estratégicas y económicas", organizado por el centro de estudios Ibmec de Brasil, reunió a empresarios y académicos.
Brasil es parte del nuevo bloque de países emergentes
Brasil es considerado por organismos internacionales como parte del nuevo bloque de naciones emergentes, junto con China, India y Rusia (las llamadas economías BRIC), que en las próximas décadas ocuparán nuevos espacios en la economía mundial.
India, según Kluger, seguirá los pasos de China y superará a Italia en 2016, al Reino Unido en 2025 y a Francia en 2026.
Ya las BRIC muestran tasas de crecimiento de inversiones extranjeras comparables a las de las seis naciones más ricas del mundo, que a su vez dejan de ser las más productivas.
Brasil y China atraen la mayor proporción de esas inversiones.
"Las historias de Francia, Venecia, los mongoles, Roma o Grecia tienen paralelos con la de Inglaterra y Estados Unidos", señala Kluger al pronosticar la decadencia de EE.UU..
En el ámbito comercial, José Luiz Glaser, director de la trasnacional Cargill, una de las mayores productoras mundiales de alimentos y responsable en buena parte de la vigorosa industria de la soja en Brasil, observó que toda la asombrosa expansión de la agricultura brasileña fue para abastecer a China.
El crecimiento de China, basado en un modelo importador y exportador, ha distorsionado los precios relativos de materias primas, productos básicos, infraestructura y fletes, destacó.
De continuar el crecimiento a esas tasas, "puede haber un estrangulamiento mundial. Es algo que preocupa en el mercado mundial" de esos sectores, agregó.
La disponibilidad de materias primas, las continuas inversiones y el posicionamiento en nuevos mercados explican la expansión de la economía de China a una tasa promedio del 9,38 por ciento desde 1978, y de su comercio exterior en tasas anuales del 15,3 por ciento.
El economista Claudio Haddad, académico del Ibmec y ex presidente del Banco Central de Brasil, observó que en la historia no hay ningún país que haya crecido en tasas tan altas y de manera tan sostenida durante tanto tiempo.
Para un país es más importante una expansión moderada en vez de espasmos de crecimiento, señaló.
China todavía conserva unas 400 millones de personas que trabajan de forma primitiva, lo que también representa un potencial enorme si ese contingente se incorpora a otras formas de producción más modernas y productivas, destacó.