WASHINGTON.- Dos estudios detallados de virtualmente todo el código genético humano sorprendentemente revelan pocos genes, no más del doble de los de la mosca de la fruta.
Los científicos también revelaron nuevas pistas sobre la raíz de las enfermedades y confirmaron que los hombres deben cargar con la culpa, no las mujeres, de crear la mayor parte de las mutaciones genéticas hereditarias.
Los análisis fueron realizados por dos equipos que se destacaron el año pasado por determinar casi todas las "letras" del código del ácido desoxirribonucleico (ADN) humano. Ese código de 3.000 millones de letras, denominado genoma, es una secuencia química que contiene la información básica para formar y hacer funcionar un organismo humano.
"De golpe tenemos un panorama global, una vista de la Tierra desde la Luna, y es bastante conmovedor", comentó el doctor Harold Varmus, ex director del Instituto Nacional de Salud, que ahora encabeza el Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York.
Se espera que el genoma ayude a los científicos a descubrir los genes promotores de enfermedades, perfeccionar los medicamentos, adecuar los tratamientos a los pacientes en particular, evaluar los peligros ambientales y estudiar la evolución y migración humana.
Un equipo científico, un consorcio de investigadores federales e institucionales de Estados Unidos y científicos de otros cinco países, publican sus comprobaciones en la edición del jueves de la revista Nature. El otro equipo, centrado en Celera Genomics, de Rockville, Maryland, las exponen en Science del viernes.
Los dos equipos, que trabajaron independientemente, contaron aproximadamente el mismo número de genes humanos: entre 26.000 y 39.000 según Celera y de 30.000 a 40.000 según el consorcio. Los científicos de ambos grupos dijeron que lo más probable era que fueran menos de 35.000. Y puntualizaron que era un número sorprendentemente bajo.
El hecho de que los seres humanos tengan tan pocos genes, en relación con seres vivos mucho menos complejos, es un misterio.
Pero los científicos destacaron que el número de genes era sólo el punto de partida de la creación de complejidad.
La mayor parte de los genes ejercen sus efectos ordenándole al organismo que produzca ciertas proteínas y funciones. Además, las proteínas humanas son más polifacéticas, indicaron.
El consorcio también confirmó la reciente comprobación de que el organismo de los hombres creaba alrededor del doble de mutaciones hereditarias que el de las mujeres. Los cálculos previos establecían una diferencia aún mayor.
La diferencia entre los sexos representa un mensaje mixto para los hombres: sugiere que proveen la mayor fuerza de cambio evolucionario, pero también que crean más fallas que pueden promover las enfermedades.
