LOS ANGELES.- Richard Allen, el californiano que había pedido ayuda a la FBI en su amarga batalla por la custodia de dos mellizas vendidas dos veces a través de la Internet, fue detenido por acosar a dos niñeras adolescentes en su propia casa, informó la policía.
Allen, quien tuvo en su domicilio durante dos meses a fines del año pasado a las llamadas "mellizas de Internet", antes de que se iniciara su batalla trasatlántica de adopción con una pareja británica, fue arrestado el miércoles en su casa, después de que un juez decidiera abrir proceso en su contra, dijo el jueves la portavoz policial de San Bernardino, Cindy Beavers.
El acusado será presentado el viernes ante una audiencia judicial en San Bernardino, dijo la portavoz.
Beavers relató que una muchacha de 13 años se comunicó el 20 de febrero con la policía para denunciar que en noviembre pasado había sido acosada sexualmente por Allen en su casa, donde trabajaba como niñera.
Allen tiene un hijo, dijo Beavers. No se sabe si las "mellizas de Internet" estaban entonces en casa de Allen, añadió.
En la consecuente investigación, los policías interrogaron a la hermana mayor de la denunciante, de 14 años, quien dijo que ella también había sido acosada por Allen muchas veces en su casa, en 1999, indicó la portavoz.
El arresto de Allen ocurrió menos de una semana después de que la británica Judith Kilshaw, del pueblo galés de Buckley, quien disputa la custodia de las "mellizas de Internet" con los Allen, fuera detenida fugazmente e interrogada por un caso de robo.
La saga comenzó a fines del año pasado, cuando Tranda Wecker, de San Luis, Missouri, dio a sus hijas mellizas en adopción.
Kilshaw y su esposo, Alan Kilshaw, adoptaron a las niñas en Arkansas después de localizarlas a través de un servicio de adopción que operaba vía la Internet.
Pero esa firma de Internet, Caring Heart Adoption, ya había vendido previamente las niñas a los Allen, quienes inclusive habían llevado a las pequeñas, entonces de seis meses, a su hogar.
La madre natural recogió a las niñas de casa de los Allen, con engaños, y las entregó a los Kilshaw, quienes huyeron con las pequeñas hasta Gales.
Las mellizas están ahora en manos de los servicios sociales británicos, en espera de que la justicia ponga fin a la disputa.