GINEBRA.- La Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió que se establezca la prohibición general de fumar en lugares públicos con motivo del Día Mundial sin Tabaco que se celebra mañana, jueves, dedicado a los fumadores pasivos.
La directora general de la OMS, Gro Harlem Brundtland, hizo esta propuesta en un discurso con motivo del Día Mundial sin Tabaco, pues considera que es "la única medida para asegurar la limpieza e inocuidad del aire para todos, fumadores o no fumadores".
En los países donde esta prohibición de fumar en público ya se aplica -Canadá, Tailandia, Australia y Sudáfrica- se ha demostrado que dicha medida ayuda a las personas a dejar de fumar, agregó.
El tabaco mata, pero no sólo a aquellos que lo consumen, sino también a los no fumadores que están expuestos al humo del cigarro, a cuya defensa está dedicado este día sin tabaco.
Los científicos consideran que la exposición al humo del tabaco es siempre nociva y debe ser evitada, pues ni la climatización ni la creación de zonas separadas para fumadores elimina completamente el humo y sus efectos perniciosos.
Un tema de especial preocupación son los niños fumadores pasivos, de los que se estima que hay unos 700 millones en el mundo, ya que se trata de un grupo de población especialmente vulnerable al humo, pues sus pulmones son más pequeños y su sistema inmunitario está menos desarrollado.
Los niños fumadores pasivos están expuestos a una mayor incidencia de enfermedades como bronquitis, neumonía, asma y enfermedades del oído, que son causa de sordera.
El humo de los cigarros en las mujeres embarazadas también tiene incidencia sobre el menor peso del bebé y una vez nacidos, el contacto con el humo hace aumentar la posibilidad de sufrir la muerte súbita del lactante.
Los no fumadores que respiran el humo del tabaco sufren muchas de las enfermedades de los fumadores, entre ellas dolencias cardíacas y cáncer de pulmón.
El tabaco también tiene relación con las irritaciones de ojos, nariz y garganta, dolores de cabeza, mareos, vómitos, tos y problemas respiratorios.
El humo del tabaco es una mezcla compleja de cientos de componentes químicos, de los que al menos 40 han sido identificados como cancerígenos.
Asimismo, contiene grandes cantidades de monóxido de carbono, un gas que inhibe la capacidad de la sangre de llevar oxígeno a los tejidos y órganos vitales, tales como el corazón o el cerebro.
Las investigaciones confirman la existencia de un gran número de fumadores pasivos: en Europa el 79 por ciento de las personas de más de quince años están expuestas al humo del tabaco y en Estados Unidos se calcula que un 88 por ciento de los no fumadores lo son de manera pasiva.
Un estudio realizado en 1997 por la Agencia de Protección del Medioambiente de California considera que el número de muertes anuales entre los no fumadores por enfermedades motivadas por el tabaco oscila entre las 147 y las 251 personas por millón.
La OMS calcula que si se aplican estos baremos en la Unión Europea se obtendría una cifra anual de fallecimientos entre los fumadores pasivos de entre 55.000 a 94.000 personas.
Brundtland arremete en su discurso contra las compañías tabaqueras que "harán todo lo posible para impedir que se tomen en serio los peligros que corre el fumador pasivo".
La industria del tabaco quiere, según la directora la OMS, "que ustedes, el gran público, se sientan culpables de defender su salud. Quieren que ustedes duden de proteger a sus hijos y familias contra el tabaquismo pasivo".