WASHINGTON.- La NASA lanza mañana una sonda espacial diseñada para medir el agujero de la capa de ozono, que el pasado año registró la mayor apertura conocida, con un tamaño que triplicaba la superficie de EE.UU..
El agujero en la capa de ozono, causado por variaciones atmosféricas naturales pero también por la contaminación humana, entraña un serio riesgo para la salud, ya que el ozono es un filtro para las radiaciones ultravioletas.
La sonda, a la que se ha bautizado como QuikTOMS, será transportada al espacio a bordo de un cohete Taurus, que tiene previsto despegar a las 18.49 GMT desde la Basea Aerea de Vanderbilt, en California.
Los aparatos avanzados que se han instalado en la sonda, según ha informado la agencia espacial estadounidense, permitirán medir con exactitud la extensión del agujero en la capa de ozono.
Además, los instrumentos que posee están capacitados para medir las emisiones de dióxido sulfúrico, cenizas y humo procedentes tanto de las erupciones volcánicas, como de los incendios.
Según la NASA, el objetivo preferente de la nave de observación es el estudio de la capa de ozono, lo que permitirá a los científicos diferenciar que parte de responsabilidad le corresponde a la acción humana y cual a los fenómenos naturales.
Los científicos que dirigen este proyecto esperan comprobar con la sonda QuikTOMS los efectos del Protocolo de Montreal, firmado en 1087, en el que se acordó restringir las emisiones de agentes químicos que destruyen el ozono.
Los agentes químicos más conocidos por su efecto negativo sobre la capa de ozono son los denominados CFC o sustancias clorofluorocarbonadas, presentes en numerosos aerosoles y gases de refrigeración de vehículos.
El nombre de QuikTOMS se refiere a las iniciales en inglés de Espectrómetro para Medición Rapida del Ozono Total, ya que puede medir la destrucción de la capa de ozono tanto en el Océano Artico como en el Antártico.
La capa de ozono sufre fluctuaciones en su extensión cada año. En 2000, la apertura de la capa de ozono registró las mayores dimensiones conocidas, cerca de 28,3 millones de kilómetros cuadrados, lo que equivale a una superficie tres veces superior al territorio estadounidense.
El cohete Taurus que pondrá la sonda en órbita lleva a bordo, además, otros satélites de observación como el OrbView-4 de la firma Orbital Imaging Corporation y otro de la firma Celestis.
Desde otra base de lanzamiento, el Complejo de Lanzamiento Kodiak, en Alaska, un vehículo Athena tiene previsto poner en órbita, también mañana a otros cuatro satélites, uno de los cuales, el Starshine 3, contiene instrumental que será usado por la NASA.