GINEBRA.- Los bosques desaparecen a un ritmo alarmante en los países tropicales, pero las políticas de plantación y la disminución de las tierras cultivables hacen que aumenten las superficies boscosas en el hemisferio norte, indica el informe 2001 de la FAO, presentado el miércoles en Ginebra.
Los bosques ocupan el 30% de la superficie del planeta, es decir 3.870 millones de hectáreas, de las cuales el 95% son bosques naturales y el 5% plantaciones, según el informe de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, titulado "Situación de los bosques del mundo 2001".
En el curso de los últimos diez años, la pérdida neta anual (diferencia entre bosques desparecidos y superficies reforestadas) fue de 10 millones de hectáreas anuales como media. La desaparición de bosques naturales fue de 16,1 millones de hectáreas anuales, de las cuales 1,2 millones en las regiones tropicales.
En los paíes pobres de esa zona climática, la gran mayoría de la superficie deforestada es destinada a otros usos, como la explotación agrícola, y muy poca a nuevas plantaciones forestales.
Los países más afectados son Brasil, Argentina, Indonesia, Birmania, México, la República Democrática del Congo, Nigeria, Sudán, Zambia y Zimbabwe.
Paralelamente, en el último decenio se registró un auge de los nuevos bosques naturales (unos 3,6 millones de hectáreas anuales), particularmente en los países industrializados en los que la agricultura es poco rentable.
Por ejemplo, los bosques europeos, contrariamente a lo que se cree generalmente, aumentan hoy al ritmo de 880.000 hectáreas por año.
En países como China, Rusia, Belarrusia, Kazajstán y Estados Unidos, pero también en algunos países del sur, esa expansión natural se acompaña de políticas voluntaristas de reforestación: 3,1 millones de hectáreas fueron plantadas por año, de las 1,9 millones en regiones tropicales.
China cuenta, por ejemplo, aumentar su superficie de bosques un 7 por ciento de aquí al año 2010.
La FAO constata que el concepto de gestión durable de los bosques progresa. 149 países participaron en 2000 en iniciativas al respecto y doce por ciento de los bosques del mundo gozan de un estatuto de zona protegida-
El informe señala que la pérdida de bosques naturales se debe a numerosas causas, entre las cuales la contaminación atmosférica, las malas prácticas de tala, la explotación maderera intensiva, las tormentas y los incendios forestales provocados en 1997/98 por el fenómeno El Niño.
La FAO denuncia la delincuencia y la corrupción que rodean la explotación de las riquezas del "oro verde": contratos ilegales entre empresas e instituciones, contrabando, poder discrecional de los administradores forestales locales fácilmente corruptibles, reglamentaciones incorrectas o impunidad de los delitos.
Según la FAO, restricciones a la explotación forestal, "a menudo sometidas a motivos políticos o adoptadas bajo presión, por ejemplo después de ocurrir catástrofes", tienen también efectos negativos indirectos, dado que provocan una sobreexplotación en otros países.
El informe cita el ejemplo de China, donde las restricciones de explotación disminuyeron la oferta en momentos en que la demanda aumentaba. Países vecinos, como Camboya, Rusia, Birmania o Vietnam aumentaron sus explotaciones madereras para exportar a China.