PARIS.- Un informe de juristas y expertos de seguridad informática ha alertado a las autoridades europeas de la posible existencia de la "Yescard", una tarjeta de crédito fraudulenta que vale para cualquier tipo de cajero automático y "siempre dice sí".
El documento de cincuenta páginas, titulado "Cardsec", estudia la emergencia de los fraudes ligados a la utilización de tarjetas de crédito falsas, desveló hoy el diario "Le Figaro".
Remitido al Parlamento Europeo; al Presidente francés, Jacques Chirac; y al Primer Ministro, Lionel Jospin, el texto advierte que la más peligrosa, la "Yescard", funciona en todos los cajeros automáticos y terminales de pago cualquiera que sea el código secreto de cuatro dígitos que se teclee en la máquina.
Aunque reconocen que es muy difícil de cuantificar esta amenaza, los autores de "Cardsec" muestran su inquietud por lo fácil que resulta fabricar una de esas tarjetas y lo relativamente poco costoso de los medios técnicos requeridos para hacerlo.
El peligro, advierten, irá en incremento en los próximos cuatro años, ya que el mercado de las tarjetas de créditos está en plena expansión.
Se calcula que de aquí a 2005 se duplicará el número de tarjetas de crédito en el mundo, que ahora es de más de 4.000 millones de unidades.
Los rumores de la existencia de esas tarjetas falsificadas empezaron a circular por Internet, donde se puede encontrar los trabajos de diferentes piratas informáticos a partir de los descubrimientos del ingeniero francés Serge Humpich.
Humpich, creador de una tarjeta de crédito que funcionaba en todos los cajeros de Francia con cualquier código que se introdujese, fue condenado en marzo de 2000 a 10 meses de prisión exentos de cumplimiento, con lo cual no tuvo que ir a la cárcel.
Tras tres años de investigación, Humpich descifró cómo funciona el sistema de las tarjetas de crédito, considerado hasta entonces inviolable, y fabricó su propia tarjeta válida en todos los cajeros y comercios cualquiera que fuese la clave tecleada.
El informático no sacó dinero de forma indebida de los cajeros automáticos pero, tras patentar su invento, intentó llegar a un trato con la Agrupación Francesa de Tarjetas de Crédito (CB), que reúne a 176 bancos y gestiona 34 millones de tarjetas en el país.
La CB acabó por denunciar a Humpich ante los tribunales al comprobar que su invento funcionaba y éste, en respuesta, difundió su descubrimiento por Internet.
Aunque, desde entonces, la CB introdujo medidas de seguridad especiales, su administrador, Yves Randoux, reconoció que la amenaza de falsificación sigue existiendo pero que no afecta a los usuarios.
Por su parte, los autores del informe "Cardsec" proponen que se cree una autoridad europea e independiente encargada de evaluar y cuantificar el nivel de seguridad requerido para la protección de los usuarios de las tarjetas de crédito.