BRUSELAS.- Investigadores holandeses de la Agencia Espacial Europea (ESA) descubrieron una nueva técnica que permitirá detectar la exacta ubicación y extensión de las células tumorales en el cuerpo humano, informaron hoy fuentes del mundo científico.
El hallazgo de produjo accidentalmente, cuando los investigadores trataban de elaborar un método para conocer con mayores detalles las estrellas y los planetas, mediante la utilización de rayos X "fuertes" (con alta emisión de energía) que emanan los cuerpos celestes.
Los ingenieros espaciales pusieron a prueba un nuevo circuito electrónico que podrá ser utilizado para visualizar con altísimo grado de exactitud tejidos internos del cuerpo humano, identificando tempranamente cualquier signo de células cancerosas.
"La actual técnica de rayos X está basada sobre la detección de las radiaciones débiles, de baja emisión de energía, que no atraviesan completamente los cuerpos. La nueva técnica permite visualizar los rayos fuertes y garantiza la posibilidad de obtener nuevas y mejores imágenes de todos los tejidos enfermos", explicaron fuentes de la ESA.
Las aplicaciones potenciales del nuevo descubrimiento se insinúan como extremadamente amplias, ya que van desde la prevención hasta la asistencia en el marco de las intervenciones quirúrgicas.
"La eficacia de los tratamientos contra el cáncer está condicionada a la posibilidad de individualizar precozmente las células malignas para eliminarlas antes de que se reproduzcan. Pero los elementos de análisis existentes proveen a los médicos información limitada sobre el estado de los tejidos, obligándolos a operaciones exploratorias", describieron los científicos.
El nuevo sistema podría revelarse como un fundamental aliado de los médicos, permitiendo una detección más temprana de las células tumorales y garantizando la posibilidad de detectarlas a todas y removerlas completamente en una operación.
La base de la nueva técnica es un microchip fabricado por un equipo dirigido por el profesor holandés Marcos Bavdaz, realizado con materiales sofisticados.
Una vez inserto en una telecámara, el microchip permite visualizar las áreas dañadas con una fidelidad largamente superior a todos los medios de que dispone hoy la ciencia.
El médico Alan Owens, coordinador de las tareas de ESA, detalló: "el proceso es posible gracias a un buscador radiactivo que es inyectado en la zona afectada por la dolencia y que se concentra sólo en las partes tumorales. Los rayos que emite el buscador son captados por el microchip y registrados por la videocámara, ofreciendo imágenes nítidas y precisas, aún durante una intervención quirúrgica".