CABO CAÑAVERAL.- El transbordador espacial estadounidense Endeavour se acopló el viernes a la Estación Espacial Internacional (EEI) mientras las dos naves pasaban sobre Brighton, Inglaterra, dos días después de su lanzamiento.
Las naves permanecerán acopladas por aproximadamente una semana para poder intercambiar tripulaciones. Asimismo, cambiarán dos toneladas de provisiones por equipos usados, ropa sucia y experimentos científicos finalizados.
Con ambas naves espaciales desplazándose a una velocidad de ocho kilómetros por segundo, el comandante del Endeavour, Dominic Gorie, voló el transbordador por debajo de la EEI y luego lo elevó a un punto ubicado unos 91 metros directamente en la órbita de la estación.
De ahí, retrocedió a una velocidad de apenas varios centímetros por minuto hasta que ambas se unieron a las 2003 GMT.
El comandante de la estación espacial, el astronauta estadounidense Frank Culbertson, quien se encontraban en su día número 129 en el espacio, se pegó al cristal de la nave durante aproximadamente la última hora del ballet orbital.
"¿Cómo va el vuelo?", le preguntó a Gorie desde más de un kilómetro de distancia, mientras ambas naves pasaban sobre el Océano Indico.
"No podría ir mucho mejor, Frank. La estamos pasando maravillosamente y estaremos con ustedes pronto", respondió Gorie.
"Estamos ansiosos. Estamos listos para verlos, muchachos", dijo Culbertson.
Las compuertas de las dos naves se abrirían dos horas más tarde, tras una serie de chequeos de sistemas.
La Administración Nacional para la Aeronáutica y el Espacio (NASA) de Estados Unidos está intentando prolongar la misión del transbordador por un día más a fin de poder realizar trabajos adicionales en la estación.
Eso hizo que los siete astronautas del Endeavour trataran de conservar tanta energía como sea posible para utilizarla más tarde en el vuelo.
Aún en sus horas de descanso, el centro de control de la misión les pide apagar algunos sistemas, incluyendo el aire acondicionado. Pero con las temperaturas alcanzando los 30 grados centígrados, los controladores pidieron a la tripulación encenderlo de nuevo.
"Desde el inicio planeamos más actividades de las que podíamos realizar", dijo el director del vuelo, Wayne Hale. "Tenemos un programa de ahorro de energía que yo llamaría moderadamente agresivo, pero no excesivamente agresivo".
"Estoy optimista de que podremos (agregar un día a la misión), pero eso todavía está por verse".
Entre las actividades que la NASA quisiera realizar con ese día adicional, está el trabajo de ejercicios físicos en una banda sin fin.
Los astronautas de la estación espacial tratan de realizar ejercicios durante unas dos horas diarias para contrarrestar la pérdida de masa ósea que ocurre en condiciones de ingravidez.
La osteoporosis parece ser una consecuencia de largos períodos de estancia en el espacio, que tiene que ser controlada antes de que se puedan lanzar misiones a Marte o a otros sitios aún más lejanos.
Culbertson y sus compañeros rusos, Vladimir Dezhurov y Mikail Turin, pasaron su último día solos en el espacio preparándose para regresar a tierra.
La nueva tripulación con el ruso Yury Onufrienko y los estadounidenses Carl Walz y Daniel Bursch permanecerá en el espacio hasta mediados de mayo, cuando menos.
El Endeavour lleva más de dos toneladas de suministros para la nueva tripulación, así como más de 6.000 banderas de Estados Unidos que regresarán a tierra con el transbordador.
La mayoría de las banderas, del tamaño de una tarjeta postal, serán entregadas a familiares de las víctimas de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington.
La Estación Espacial Internacional es un proyecto de 95.000 millones de dólares patrocinado por la NASA y las agencias espaciales de Rusia, Europa, Canadá y Japón.