SAN FRANCISCO.- Google, el líder mundial de búsquedas en internet, quiere reducir la paranoia que ha surgido en los usuarios de la red tras los fuertes avances de la compañía en diferentes ámbitos.
Es cierto, la compañía de Silicon Valley tiene millones de personas diciéndole cada día lo que pasa por sus mentes mediante búsquedas en la red y genera montañas de información sobre el comportamiento del consumidor.
La firma utiliza esta información para hacer dinero vendiendo anuncios, pero la gente, acostumbrada a visitar de forma anónima las tiendas o hacer zapping en TV, encuentra inquietante pensar que en un mundo digital cada movimiento queda registrado.
Desde hace varios años, amigos, enemigos y personas a las que apenas conoces, tienen que enfrentarse a las verdades incómodas que puede arrojar una pequeña búsqueda en internet, el fenómeno se conoce como "Google-stalking" o "caza en Google".
Sólo con introducir en Google los nombres de los ex amantes, compañeros de colegio o personas que acaban de conocer, se puede descubrir más sobre ellos de lo que pudieran prever.
Otros servicios hacen temer que Google pueda saber demasiado sobre nosotros: el correo electrónico, Gmail, que introduce anuncios que pueden interesar al usuario basándose en el contenido escaneado del email, o Google Earth, mapas por satélite que pueden llegar al nivel de una calle.
Cambios en la legislación
El pánico aumenta por los rápidos avances tecnológicos y la descolocación psicológica que, inevitablemente, sigue a un nuevo período de adaptación y evolución social.
Google ha reaccionado pidiendo una legislación comprensiva para armonizar las leyes de varios gobiernos, que quieren tener algo que decir en la red. La autorregulación por la industria de internet no ha funcionado, dice la compañía.
Google argumenta que se necesitan nuevas leyes para evitar que los gobiernos puedan intentar forzar a las compañías a divulgar los datos de los consumidores.
La empresa rechazó un requerimiento judicial de las autoridades estadounidenses el año pasado y argumenta que sus datos sobre clientes tienen propósitos limitados.
Google ha iniciado un plan para limitar la cantidad de tiempo que la compañía almacena los datos personales a no más de dos años.
La propuesta ha hecho surgir un debate con la Unión Europea y uno de los frutos de estas charlas es que la compañía aceptó la semana pasada disminuir a 18 meses el límite de almacenamiento de datos.