BRASILIA.- Un estudio difundido hoy indica que los programas brasileños para extender el uso de las nuevas tecnologías son “insuficientes” para superar las diferencias con los países desarrollados y advirtió que pueden “reforzar las desigualdades existentes”.
"Con el ritmo actual demoraremos algunas décadas para llegar a los niveles (de desarrollo) que los países avanzados presentan hoy,” afirma el estudio “Mapa de las desigualdades digitales en Brasil,” elaborado por la organización intergubernamental Red de Información Tecnológica Latinoamericana (Ritla).
Este documento acusa a los programas brasileños de “fragmentar” y "sectorizar” las estrategias de inclusión digital, hecho que está causado “por la ausencia de una política pública de Estado que establezca las metas, las estrategias y las inversiones necesarias" para disminuir las desigualdades.
Según datos de la Ritla, el programa para instalar computadores en todas las escuelas del país para el 2010, anunciado por el presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, ha beneficiado “hasta ahora y en mayor medida” a los grupos privilegiados.
El pasado abril el gobierno de Lula anunció inversiones por mil millones de reales (unos 500 millones de dólares) para desarrollar el sistema educativo brasileño.
Entre las medidas anunciadas se incluyó la informatización de las 130.000 escuelas públicas del país, para lo que el Ministerio de Educación va a invertir unos 400 millones de dólares hasta 2010.
La Ritla cifró en 36.816 las escuelas que ya cuentan con laboratorios de informática, aunque sólo 29.890 tienen acceso a internet y están principalmente concentradas en áreas urbanas y de renta más alta.
Según el estudio, la mitad de alumnos de mayor renta, que también tiene un mayor acceso a las nuevas tecnologías en su domicilio, utiliza Internet en las escuelas primarias un 170 por ciento más que los alumnos de familias con menor poder adquisitivo.
La “brecha digital” entre ricos y pobres que señala este estudio se agrava entre las regiones más ricas, como Brasilia, Sao Paulo y Río de Janeiro, y los estados rurales y pobres del noreste, como Alagoas, Piauí y Sergipe, y el amazónico de Pará.
La Ritla señaló que la brecha de acceso a Internet entre la población pobre de Alagoas y la de mayor renta de la capital es de un 154 por ciento, muy superior a la diferencia entre Brasil y países desarrollados como Suiza, que supera en un 76,2 por ciento al país suramericano en accesos a la red.