SANTIAGO.- De acuerdo a las estimaciones de Business Software Alliance (BSA), durante diciembre la industria podría perder hasta 30 millones de dólares -o en estricto rigor, cantidad que dejarían de vender-, por culpa de la piratería.
La época de Navidad es tradicionalmente conocida como un período crítico en materia de piratería, marcando el “peak” del año, principalmente debido a la instalación de programas pirateados en computadores nuevos, que se regalan para esta fecha, según explicó la asociación.
Agregó que la compra de regalos navideños “pirateados” se ha convertido en una práctica habitual durante diciembre, como una alternativa de ahorrar costos.
“Es algo lamentable. En Chile, aún no existe conciencia de que se trata de un delito ni de los riesgos a los que se exponen quienes compran este tipo de productos”, afirmó Rodrigo Bulnes, abogado y representante en Chile de BSA.
La opción del software libre
Es común que operativos de la Policía de Investigaciones desbaraten redes de comerciantes piratas, o que empresas sean multadas por utilizar programas sin las licencias correspondientes, tal como sucedió por ejemplo en Concepción, donde a fines de noviembre se requisaron 150 computadores pertenecientes a una cadena de cyber cafés, por no contar con programas originales.
Microsoft, quien hizo la denuncia, calculó que había perdido cerca de 200 mil dólares por licencias impagas, cifra que explica por qué en muchas oportunidades los usuarios prefieren tener algo pirata.
Pero una buena solución es el software libre: programas similares a los de Microsoft, por ejemplo, pero que son absolutamente gratuitos. De hecho, la ONG Linux Chillán está asesorando ahora al cybercafé afectado para hacer la migración de sus equipos a software libre y de código abierto, lo que implica más ventajas aparte del evidente ahorro de dinero.
Entre ellas, está "la capacidad de contar con un sistema más estable sin necesidad de incurrir con muchas re-instalaciones y mantenciones por problemas con virus, y también la capacidad de adaptación a necesidades especificas", explica Rodrigo Ramírez, presidente de Linux Chillán.
Dice que al explicarle a la gente "que ya no encontraran virus y que la Internet anda mucho más rápido, queda sorprendida. Y es que Linux le saca el jugo a la máquina y aprovecha al máximo el hardware" a juicio de Ramírez.
Pero no muchos se atreven con un sistema Linux, principalmente porque están muy acostumbrados a Windows, "el aspecto es diferente y eso hace que se pierdan un tanto en la utilización del sistema", dice, pero explica rápidamente que la interfaz de estos sistemas han pasado por serveros tests de usabilidad, y "al final, es sólo cosa de costumbre". La experiencia que han tenido con diferentes empresas que han asesorado al menos asi lo dice, pero es diferente con niños y jóvenes, quienes se adaptan fácilmente.
Pero si es tan bueno, ¿por qué no todos lo utilizan y se evitan los problemas? "No se hace masivamente porque creo que se desconoce esta opción. Windows es lo que viene por defecto y el usuario no indaga más allá y se queda con él, es más, muchas veces ni siquiera sabe que tiene el Windows u Office pirata ya que es lo que venía instalado. Ahora, con lo que ha ocurrido en la incautación en varias partes las personas han tenido que mirar que más hay aparte de Windows y es cuando nos han contactado", explica Ramírez.
Prácticas peligrosas
La piratería de software conlleva importantes riesgos tecnológicos, económicos y legales. El uso de software ilegal incrementa las posibilidades de que el software no funcione de manera correcta. Aumenta los riesgos de virus, lo que podría significar el daño o pérdida total de los contenidos del disco duro.
Del mismo modo, puede generar conflictos en los sistemas y con ello causar importantes perjuicios económicos. Además, quien utiliza o distribuye software ilegal queda sujeto a fuertes sanciones legales, de responsabilidad penal y civil, que van desde elevadas multas hasta la cárcel. El uso ilegal de programas de software es un delito de acuerdo a la ley 17.336 sobre Propiedad Intelectual, que establece hasta 560 días de prisión a quien incurra en este ilícito, recoró la BSA.