SEÚL.- El grupo surcoreano Samsung Electronics, el mayor fabricante de "smartphones" del mundo, informó hoy de que las ventas de su modelo Galaxy S III han sobrepasado los 20 millones de unidades desde su lanzamiento a finales de mayo.
Esta cifra se ha alcanzado en apenas un centenar de días, seis veces más rápido que en el caso del anterior modelo Galaxy, el S II, que junto a la nueva versión y al Galaxy S original acumulan más de 50 millones de unidades vendidas desde 2010, según un comunicado de la compañía.
El mayor volumen de ventas se registró en Europa, con cerca de 6 millones de unidades comercializadas, mientras que en Asia y Estados Unidos Samsung colocó 4,5 y 4 millones de estos dispositivos, respectivamente. Además, solo en Corea del Sur el fabricante ha vendido 2,5 millones de Galaxy S III.
La empresa surcoreana planea potenciar el exitoso rendimiento de este aparato mediante el lanzamiento, en una fecha próxima, del modelo en cuatro colores nuevos que se sumarán a las versiones existentes, en blanco y azul.
Samsung difundió la cifra de ventas unos días antes del evento convocado por su competidor Apple para el próximo miércoles en San Francisco (EE.UU.), en el que se espera que la empresa estadounidense presente el esperado iPhone 5, que competirá directamente con el Galaxy S III.
Aunque el Galaxy S III logró vender más unidades que iPhone 4S en EE.UU. en agosto, muchos analistas consideran que el nuevo aparato de la compañía californiana revertirá esa tendencia.
El lanzamiento del nuevo iPhone se producirá además poco después de que un tribunal de EEUU dictaminara que Samsung violó seis patentes en tecnología y diseño de Apple y le impusiera una multa de 1.000 millones de dólares, en uno de los episodios más recientes de la batalla legal que mantienen las dos empresas.
Además, Apple ha presentado una petición judicial en EE.UU. para prohibir en ese país varios teléfonos de Samsung que vulneran sus patentes, incluido el Galaxy S III, algo que los tribunales valorarán en diciembre.
Ambos fabricantes compiten en el terreno comercial para liderar el mercado mundial de smartphones, valorado en unos 200.000 millones de dólares, al tiempo que mantienen abiertas causas judiciales en una decena de países por supuestas violaciones de patentes.