En la foto, el corazón artificial de Carmat.
AFPPARÍS.- El segundo paciente al que se le implantó un corazón artificial francés, el 5 de agosto en Nantes, regresó a su casa a comienzos de enero y lleva una "vida normal", anunció a la prensa el profesor Alain Carpentier, quien concibió el aparato.
El hombre de 68 años de edad "pudo dejar el hospital el 2 de enero y regresar definitivamente a su casa", explicó Carpentier al diario Le Parisien.
"Nos contó que fue a almorzar sin ningún tipo de asistencia técnica a la casa de su hijo a 70 kilómetros de Nantes. ¿No es acaso la mejor demostración de una vida normal", añadió el médico, que compara su continuación postoperatoria a "la de un trasplante cardíaco 'corriente'".
A fines de octubre, Carpentier ya había señalado que el paciente podía desplazarse por sí mismo y practicar en una bicicleta fija.
El regreso a su hogar fue posible desde que el paciente pudo "disponer de una autonomía completa", y en particular "gestionar él mismo" un "aparato portátil" de 3 kg de peso, que cuenta con dos baterías de aprovisionamiento de electricidad y un panel de control.
El trasplantado sufría insuficiencia cardíaca terminal y no podía recibir un injerto de corazón procedente de un donador, condición fijada por las autoridades sanitarias para autorizar la operación de trasplante del corazón artificial.
El primer paciente que recibió un corazón artificial en Francia, un hombre de 76 años operado el 18 de diciembre de 2013 en París, murió 74 días después de la operación. Según, la empresa francesa Carmat, que fabrica los corazones artificiales, la operación es exitosa si el paciente sobrevive más de 30 días al trasplante.