WASHINGTON.- Un tipo común de pesticida está dañando notablemente las abejas silvestres, según un nuevo estudio que algunos expertos consideran podría modificar el modo en que el gobierno estadounidense considera una clase controversial de preparados químicos.
Sin embargo el estudio publicado esta semana en la revista "Nature" revela que las abejas melíferas –que son trasladadas de un lugar a otro para fertilizar cultivos importantes como las almendras– no muestran los mismos efectos perjudiciales que los abejorros (bumblebees) silvestres. Este resultado causó sorpresa entre algunos expertos.
Un segundo estudio publicado en la misma revista revela que en los experimentos de laboratorio las abejas no son repelidas por los pesticidas y que, por el contrario, algunas parecen preferir los cultivos con pesticidas, lo que agrava el problema.
Las abejas de todo tipo –vitales para polinizar las plantas, inclusive importantes cultivos agrícolas– han estado en declinación por varios motivos. Los pesticidas son uno de muchos problemas que encuentran las polinizadoras; esto difiere de los colapsos de las colonias, que devastaron la población de melíferas en los últimos años pero que ahora está menguando, dijeron los expertos.
La exposición a los insecticidas neonicotinoideos redujo la densidad de abejas silvestres, causó menos reproducción y colonias que no crecieron, en comparación con los insectos no expuestos a los pesticidas, según halló el estudio.
Un grupo de científicos en Suecia condujo un estudio en el terreno comparado con grupos de control. Usaron 16 tramos de terreno: ocho donde las semillas de colza (canola) fueron cubiertas del pesticida y ocho sin pesticida, y compararon las dos áreas.
Cuando se recibieron los primeros resultados la autora principal del estudio, Maj Rundlof, de la Universidad de Lund, admitió haberse asombrado. Dijo que el deterioro de la salud de las abejas era "mucho más espectacular que lo que esperaba".
En las áreas tratadas con el pesticida, había la mitad de abejas silvestres por metro cuadrado que en el área no tratada, dijo Rundlof. En las zonas del pesticida, las colonias de abejorros "casi no habían ganado peso" en comparación con las colonias normales que ganaban más o menos medio kilogramo (una libra), agregó.
La entomóloga May Berenbaum, de la Universidad de Illinois, que no fue parte de los estudios y que el año pasado recibió la Medalla Nacional de Ciencia, dijo en un correo electrónico que aquellos "indican que, por lo menos con la tecnología actual, el uso sistemático de pesticidas está plagado de problemas ambientales".