SANTIAGO.- Los agujeros negros son una de las materias más complejas que toca la astronomía y que plantea diferentes incógnitas, las que día a día comienzan a develarse.
Por ejemplo, es un hecho que los agujeros negros masivos, con incluso masas que corresponden a 100 millones de veces la que tiene el Sol, “boicotean” la evolución de una galaxia.
Un jet de partículas cargadas de energía que salen de los polos de un agujero negro cada vez que éste traga gas interestelar, su alimento preferido y al alcance.
Estas densas regiones del espacio atraen con tal aceleración ese gas hacia su centro que se produce un remolino de partículas que, bajo el efecto de grandes campos magnéticos, salen violentamente disparadas a grandes distancias.
Por esa intrépida acción, el gas que rodea la galaxia se calienta, evapora y emana hacia otras partes. “En vez de juntarse y formar nuevas estrellas, impide su reciclaje por varios cientos de millones de años más”, destacó Nelson Padilla.
Con estos inusitados hechos del Universo, este astrónomo inauguró ayer el “Ciclo de charlas de astronomía” dictadas por profesores de la Pontificia Universidad Católica de Chile y abierta a todo público en el Centro de Extensión. .
Nelson Padilla crea universos, desde su origen, el Big Bang, y los deja evolucionar. Introduce datos reales y echa a correr los modelos en sistemas computacionales capaces de realizar lo que un PC haría en 200 años.
Con estas simulaciones, intenta corroborar una y otra vez el actual modelo cosmológico. Siempre compara sus resultados con la observación. Si algo no funciona, los errores se corrigen y continúa.
Su trabajo lo ha llevado a confirmar tales expresiones energéticas de los agujeros negros y varios sucesos otros sucesos del espacio.
Explicó que los agujeros negros se ubican donde están los más suculentos banquetes, o sea, al centro de las galaxias, donde hay más masa y gas interestelar.
Sin embargo, pese a su saciedad, estos hoyos negros nunca devoran una galaxia entera y muy difícilmente estrellas. No por buenas costumbres. “Al igual que los cometas esquivan la influencia del Sol, es extremadamente improbable que un objeto caiga directamente al centro de otro central”, señaló el astrónomo.
Eso hace a toda la humanidad sentirse algo más tranquila. Tenemos un agujero negro al centro de la Vía Láctea, cuya masa equivale a 3,5 millones de la que tiene el Sol.
En total son ocho conferencias, realizadas todos los jueves, entre 19:00 y 20:30 horas. Inscripciones en www.uc.cl/educacioncontinua. Felipe Barrientos, también del Departamento de Astronomía y Astrofísica de la UC, dictará la siguiente charla. Abordará el tema “cúmulos de galaxias”, grandes agrupaciones de estrellas que comparten misterios.