SANTIAGO.- Haber pensado en alguna oportunidad que los marsupiales, característicos animales que habitan principalmente en Oceanía son originarios de Sudamérica, o que existen microorganismos capaces de disolver, tanto en condiciones extremas o no, el petróleo del agua parecía hace un tiempo ser una idea descabellada.
Pero estos supuestos cobran real valor después de los significativos hallazgos que se concretaron gracias a la reciente Expedición Científica Antártica Chilena, organizada por el Instituto Antártico Chileno (Inach).
Las bondades que ofrece la Antártica, y la cercanía que tiene con las tierras nacionales del sur del país, han abierto un sinfín de posibilidades de estudios de paleontología, biorrecursos y de la comprensión de la vida a nivel de los microorganismos que subsisten hace millones de años bajo condiciones extremas.
Así lo aseguró la doctora Jenny Blamey de la Fundación Biociencia quien junto a su equipo realizó "uno de los mayores descubrimientos de la biología y la microbiología tanto a nivel nacional como mundial".
"Hemos descubierto más de 300 microorganismos aislados de los cuales el 70% de ellos son únicos y nunca descritos antes en la historia de la biología y la microbiología", confirmó.
De estos descubrimientos, Blamey destaca dos microorganismos que podrían ser utilizados en una eventual producción a nivel industrial: Uno que soportan la radiación ultravioleta y los rayos gamma, que -por ejemplo- podrían se ocupados para generar bloqueadores solares, y otro que potencialmente sería de gran utilidad para combatir los derrames de petróleo.
Además, el hallazgos de el microorganismo denominado deinococcus, es capaz de soportar altísimos niveles de radiación gamma, que suelen ser emitidos en desastres nucleares, lo que hace pensar a los investigadores de la existencia de vida extraterrestre.
"Planteamos que la vida y la evolución responde a los estímulos del medioambiente y si nunca ha habido esa radiación en la Tierra, ¿por qué este organismo ha desarrollado esta capacidad? (...) En el espacio existen estos niveles de radiactividad", apuntó Blamey.
"Los derrames de petróleo provocan un gran daño a nivel de la ecología del planeta. Así, encontramos alguno que son capaces de degradar petróleo crudo, diesel y otros procesados mediante distintos procesos en donde el microorganismo a partir del quinto día, ha degradado completamente el petróleo incorporado en la muestra", reveló Blamey.
Chile, paraíso paleontólogo
La Patagonia y la Antártica esconden un tesoro rico en evidencias fósiles tanto de flora y fauna que llevan inmortalizados en distintas zonas por más de 90 millones de años, cuando ambos lugares compartieron un mismo territorio hace algo más de 245 millones de años atrás.
Así lo confirmó el doctor Marcelo Leppe, jefe del departamento científico del Inach. El profesional, junto a un equipo de científicos alemanes y chilenos reveló, entre una serie de increíbles descubrimientos, que el bosque magallánico se formó en el Continente Blanco, además del hallazgo de completos fósiles óseos de animales de una data de millones de años.
"Existe una concentración restos de reptiles marinos denominados Ictosaurios, que no ponían huevos, sino que se reproducían mediante crías vivas y se asemejaban a un delfín. Encontramos 40 fósiles y al menos tres especies distintas del mismo animal", señaló Leppe.
Incluso los marsupiales, que habitan por lo general en Australia, son oriundos de Sudamérica. Esto se pudo comprobar -según Leppe- gracias a la comparación de restos óseos encontrados en la Antártica y alguno de los animales que viven hoy en Oceanía.
No hay duda que en vista de los hallazgos, que representan uno de los descubrimientos más importantes a nivel paleontológico y microorgánico del mundo, la Antártica seguirá ofreciendo un amplio abanico de posibilidades de seguir explorando uno de los lugares más ricos en esta materia.