En un Festival en el que las Gaviotas de oro y de plata se han tirado literalmente a la chuña, seguramente la última noche no se quedará afuera de la liquidación de plumíferos.
El ofertón comienza nada menos que con Alejandro Sanz. Uno de los galanes más cotizados de esta versión del evento. El cantante español, que ya ha vendido más de 50 mil copias de su último disco "El alma al aire" en Chile, tiene en esta presentación una especia de revancha, ya que en 1994, problemas de sonido le impidieron debutar frente a la Quinta. Con un show que bordeará los 70 minutos, el cantante español será seguramente quien reciba la primera Gaviota de la noche.
El segundo número no es tan seguro. Con un trabajo más bien desconocido en el medio nacional la cantante mexicana Edith Márquez tendrá sus cinco minutos de fama como integrante del jurado internacional. Con dos discos en su carrera (que ha alternado con la actuación) la cantante centrará su rutina en el más reciente "Caricias del cielo". La reacción del público es incierta, pero a esta altura se puede esperar cualquier cosa.
La final de la competencia internacional es esta noche un panorama aparte. Con la representante de Chile metida entre la finalistas, con su tema "El juego del amor", la competencia tomó un sabor distinto. Sobre todo por el hecho de que el representante de Argentina, Raly Barrionuevo, es groseramente pifiado cada vez que sale a escena, pero es uno de los más seguros candidatos a llevarse el primer lugar. El otro finalista es el representante de Estados Unidos.
Tras la presentación de los finalistas de la competencia internacional, otro jurado se subirá al escenario. Esta vez es el turno de Fernando Ubiergo, quien ganara la Gaviota de plata en 1978 con su tema "El tiempo en las bastillas" y que se ha presentado en otras cuatro oportunidades en la Quinta como parte del show. Sabiendo que su presentación será breve, el cantante nacional adelantó que interpretará un par de clásicos y algún tema nuevo para no aburrir al público que seguramente estará con la efervesencia de Sanz y a la espera de Ráfaga.
En uno de los números más extraños de esta versión del certamen, se subirá al escenario Denis Lacomobe, un humorista francés que se aleja bastante del perfil de humorista que ha pasado por el escenario de la Quinta el último tiempo. Con un humor atípico y bastante intelectual, el clown canadiense tendrá una complejísima misión frente a un público cada vez más impredecible.
La participación del Bafochi no debería ser compleja. Como número de enlace entre el humorista canadiense y la premiación de la competencia internacional, el Ballet Folclórico Chileno ofrecerá su acostumbrada cuota de belleza, sincronía y chilenidad en un evento que cada día pierde un poco más de estos tres atributos.
Y para cerrar, un éxito seguro. Pelo largo, ropa chillona, movimientos acompasados y todo el ritmo de la bailanta argentina encarnada en uno de los grupos más representativos de la popular música sound: Ráfaga. Decididos a hacer bailar al público hasta altas horas de la madrugada, la multitudinaria banda argentina, que entre otras cosas ofrecerá un adelanto de lo que será su próximo disco. No hay que ser muy iluminado para asegurar que los argentinos se llevarán al menos una de las dos Gaviotas que han regalado los animadores. Todo esto claro, antes del cierre de la transmisión televisiva, porque después, es como si el Festival no existiera.