SANTIAGO.- Hoy se creó la Comisión de Ética contra la tortura, organismo que realizará un balance sobre los casos registrados en Chile durante el gobierno militar, y propondrá fórmulas de reparación para los afectados.
La entidad está formada por miembros de la Agrupación de ex Presos Políticos, Amnistía International- sección chilena, la Corporación de Defensa de los Derechos del Pueblo (Codepu) y el Centro de Salud Mental y Derechos Humanos (Cintras).
El representante de Amnistía Internacional, Hervy Lara, indicó que la primera tarea de la comision sera hacer un estudio cuantitativo de las situaciones de tortura vividas en Chile, así como de las consecuencias individuales, familiares y sociales, y se elaborarán propuestas destinadas a la reparación del daño en todos sus niveles en los casos registrados desde 1973.
Dentro de los planteamientos que las agrupaciones, ya mencionadas, se encuentran la petición al Estado de que reconozca la tortura como requisito "imprescindible para reparar los traumas físicos, mentales, morales y sociales que constituyen sus secuelas".
Además agregaron que "es necesario que el Estado chileno cumpla con la obligación de respetar la jurisdicción internacional y reconozca expresamente el crimen de tortura como inadmistiable e imprescriptible".
Además de las reparaciones médicas y morales, pidieron que se repare jurídicamente a aquellos que fueron procesados y condenados en consejos de guerra y por los tribunales militares y civiles "a partir de confesiones obtenidas bajo tortura".
Por su parte, la encargada del programa jurídico del Codepu, abogada Julia Urquieta, dijo que la comisión ética "trabaja directamente con quienes dirigen la agrupación de ex presos políticos. Codepu impulsó la idea de exigir, nacional e internacionalmente, que el gobierno cree para los sobrevivientes de las torturas, una comisión de verdad, justicia y reparación".
Hasta el momento, Codepu tiene el registro y estudio más grande sobre la tortura en Chile, los que se traducen en 150 y 500.000 torturados en el país, con apoyo de documentación.
Consultada sobre las labores de la comisión de ética recién formada, Urquieta dijo que entre ellas se encuentra "decir que la tortura fue la mayor arma represiva de la dictadura, realizada en forma permanente; documentar objetivamente los miles de casos de tortura, y agregar los traumas físicos y sicológicos, individuales y familiares".