SANTIAGO.- Los abogados querellantes en el caso Pinochet recibieron esta noche un nuevo informe solicitado al doctor Luis Fornazzari, designado por ellos para participar en los exámenes al general Pinochet en enero pasado. En este documento, el médico, radicado en Canadá, insiste en que el ex Mandatario está apto para ser interrogado y sometido a los procedimientos normales de fichaje.
El texto completo del informe, en que detalla además las diversas dolencias del general, es el siguiente:
Toronto, 9 de abril del 2001
Señores
Eduardo Contreras, Carmen Hertz, Hugo Gutiérrez, Juan Bustos, Boris
Paredes, Hiram Villagra y Alfonso Insunza.
Santiago de Chile
Estimados señores:
Accediendo a vuestra expresa solicitud de comentar la situación medica y mental de don Augusto Pinochet Ugarte a partir de los exámenes que le fueron practicados en el Hospital Militar de Chile, los días 10 al 13 de Enero, así como de una breve hospitalización posterior y de interpretaciones y declaraciones sobre el estado de salud del paciente que han circulado profusamente, así como la afirmación de que la filiación ordenada por el tribunal pudiera acarrearle algún tipo de daño, les hago llegar el presente Informe.
Establezco mi interpretación profesional sobre el caso, en mi doble función de neurólogo y psiquiatra, con ambos títulos en Chile y Canadá y como especialista con particular dedicación en el tratamiento e investigación de las demencias. Como Uds. saben, soy Miembro del "International Working Group", que evalúa procedimientos para la investigación de demencias en diversos países, a petición de la Organización Mundial de la Salud y de la Federación Mundial de Neurología.
Primero
Durante la evaluación de tres días y medio y a diferencia de lo acontecido en Londres con el mismo paciente, el examinado fue sometido a pruebas que consistieron en encuestas médico-neurológicas estandarizadas y una serie de exámenes, tanto físicos como neurológicos, mentales, de neuroimagen, y además una extensa batería de tests neuropsicológicos de por sí extenuantes. En esa oportunidad el examinado demostró un interés, buena voluntad, espíritu de cooperación y una fortaleza física muy por encima de lo que yo habría esperado de un paciente al que se me había descrito como "severamente diabético, hipertenso y con trastornos severos de la marcha, secundarios a una severa poli neuropatía diabética".
No obstante, lo más importante de mi examen fue el haber detectado en el examinado un alto grado de análisis de situaciones desconocidas para él, con un poder de asociación de hechos presentes con hechos del pasado remoto, efectuados incluso en el contexto del examen que le practicamos ocho examinadores. En ese escenario sus respuestas fueron excepcionalmente buenas y muy adecuadas para la ocasión. Vale la pena recordar a manera de ejemplo, sin que esto signifique una transgresión a la debida privacidad que merece todo paciente, los comentarios muy adecuados y mordaces y tremendamente atingentes a la situación existente durante los exámenes.
Esto, en referencia a mi actuación como especialista propuesto por los querellantes, mi familia, mi condición de iquiqueño y las referencias al señor alcalde de ese puerto, a quién describió como el "Choro Soria".
En estos actos, el examinado demostró un juicio, razonamiento y una habilidad en el uso de diversos tipos de memoria tan bien preservados que podía, en forma muy rápida y con gran eficiencia, establecer las relaciones temporales, de lugar y además, los mecanismos de memoria a largo plazo de tipo biográfica, también conocida como episódica.
Si se considera que este ejercicio lo realizaba con una persona a quien no conocía, pero que a través del apellido -poco común- pudo hacer una asociación tan elaborada como la efectuada el primer día de los exámenes al encontrarnos también por primera vez en nuestras vidas, es indudable que las funciones cognitivas del examinado funcionaban bastante adecuadamente. Esto se confirmó plenamente el segundo día de los exámenes, cuando al entrar caminando a la sala ayudado de un bastón y muy seguro de sí mismo, comenta esta vez de mi parecido al sociólogo español Joan Garcés, quien fuera asesor del Presidente Salvador Allende y quien mantiene muy buenos lazos de amistad con el Juez Garzón en España. Esta vez le solicité que me interpretara este supuesto parecido y él me responde que no es sólo el aspecto físico - lo que podría ser así - sino que en forma muy abstracta me explica breve pero muy adecuadamente que es por "ser de la parte acusatoria". Más aún, con un despliegue importante en el manejo de la atención y de la proyección temporal añade: "y Ud. que es tan neurólogo y psiquiatra, contácteme después si necesita más explicaciones".
Este ejercicio confirmó, sin duda, la eficiencia de los diversos tipos de memoria, en situaciones fuera de examen y con funciones de tipo ejecutivo con juicio y memoria muy adecuados. Yo considero que son prácticamente normales para un varón de 85 años y con el nivel de educación recibido por el examinado.
Segundo
Todos los resultados de los exámenes practicados durante esos días, demostraron una demencia vascular, subcortical, ya que las lesiones consistentes en infartos milimétricos estaban localizados en áreas debajo de la corteza cerebral y, por lo tanto, dando síntomas en las actividades motoras, respetando las funciones cerebrales superiores tales como algunos tipos de memoria, razonamiento, juicio, etc.
Al analizar los puntajes obtenidos la severidad del cuadro presentado, correspondía a una "demencia leve". Sin embargo, por la localización de los microinfartos, debí catalogarla como "leve a moderada".
Como Uds. saben, este diagnóstico fue verbalmente aceptado por todos los examinadores en Santiago en la fecha en que se realizaron los exámenes, como consta en el documento firmado por el Ministro de Fuero y por la Secretaria del Juzgado. Curiosamente, como también es de conocimientos de Uds., el informe final despachado desde Chile por la Jefa (s) de Servicio Medico Legal, Dra. América González para mi firma, cambió el resultado a una "severidad moderada".
Como fue de conocimiento público, no sólo no estuve de acuerdo con ese cambio de la severidad, -"agravaron al paciente en menos de dos días"- sino que desde el punto de vista profesional habían cometido un grave error técnico al descartar el informe del cuidador del paciente, quien al conocerlo y estar en contacto diario por más de 10 años con él, sabía muy bien de las funciones de la vida diaria que realizaba el examinado. En este caso, las funciones señaladas estaban muy bien preservadas. Como ejemplo de lo anterior, quedó registrado en el informe del cuidador del examinado cuando afirma que el paciente podía perfectamente elegir bien sus prendas de vestir, manejar dinero, tarjetas de crédito, su cuenta bancaria, recordar cumpleaños y regalar adecuadamente a nietos, entre otras acciones.
Debo destacar que constituyó sorpresa para mí en esa ocasión, la falta de familiaridad de los peritos del Servicio Medico Legal -y particularmente del perito de la defensa- con los procedimientos de evaluación y, particularmente, con los criterios usados universalmente en el diagnóstico de las demencias. Mi extrañeza es mayor toda vez que me consta que estos son usados por los grupos académicos chilenos a diario, como lo evidencia -entre otros hechos- los muy bien evaluados trabajos presentados por los grupos de estudio de demencia de las
Universidades de Concepción y de Valparaíso en el ultimo simposiums de demencia que organizó la Universidad de Toronto en marzo recién pasado.
En cambio la discusión que mantuvimos en Santiago en dicha jornada en Enero, esos profesionales argumentaban que la "demencia es una", que la "memoria es solo una y destruye el ser" y que "la memoria si se pierde se pierden todos los tipos de memoria". Todos estos conceptos ya han sido debidamente aclarados por la ciencia a lo menos hace unos veinte años, por lo que ya no se utilizan en los centros académicos, ni siquiera históricamente. Lo grave es que tampoco aceptaron la opinión de que la afección del examinado, si se controlaban adecuadamente los trastornos médicos, se puede y debe detener.
Tercero
En este caso particular, las condiciones medicas, como hipertensión, diabetes, marcapasos, etc. son factores de riesgo, más aun tratándose de un paciente geriátrico.
Sin embargo, todas estas condiciones son manejadas diariamente por cualquier centro asistencial, medianamente dotado, que tenga un funcionamiento moderno, con investigación e integración de los diversos tipo de especialistas en el campo geriátrico actual. Esto es extraordinariamente importante en las demencias de tipo vascular, ya que éstas constituyen uno de los pocos casos de demencia de tipo reversible o corregible.
En otras palabras, no tienen las características de progresivas e irreversibles como por ejemplo las más comunes como son las neurodegenerativas, de tipo Enfermedad de Alzheimer.
Por lo demás, en la medicina actual estas afecciones no son letales ni terminales en forma inexorable, ni tampoco los pacientes deben vivir en situaciones artificiales y lejos de la realidad diaria.
Cuarto
Con relación a la hospitalización de urgencia del paciente al Hospital Militar el 26 de Enero pasado, basado en los informes dados a conocer oficialmente por el propio Hospital y que deben haber integrado la posición de los médicos tratantes del paciente, demuestran una interpretación no verdadera o un desconocimiento importante de la patología que experimenta el paciente.
A manera de ejemplo, se establece en dicho parte que el paciente presentaba "un dolor de cabeza severo", "una pérdida leve y transitoria del conocimiento", "una pérdida leve de fuerza en el lado izquierdo" y, a renglón seguido, sugieren "crisis isquémica transitoria y posible preinfarto cerebral". No quiero entrar en detalles técnicos en este momento, pero el mantener por menos de 24 horas de observación en un Hospital a un paciente de esa edad, con las enfermedades médicas que tiene y sabiendo que había presentado infartos subcorticales previamente y, más aún, con la sospecha que pueda tener una crisis isquémica transitoria, casi parece una mala práctica médica.
Sin embargo, por los antecedentes entregados, particularmente el severo dolor de cabeza y la crisis leve de conciencia, en mi opinión estos no son síntomas característicos de crisis isquémica transitoria. Además, no es claro cómo pudieron evaluar una leve pérdida de fuerza en el lado izquierdo del paciente, cuando dos semanas antes, al examinarlo en ese mismo hospital, ya padecía una debilidad muy marcada -casi una parálisis en ese mismo lado izquierdo- debida a un infarto lacunar subcortical que todos los que lo examinábamos vimos en el scanner cerebral efectuado el 11 de enero en el Departamento de Radiología de la Clínica Las Condes.
Quinto
Contestando directamente una de sus consultas y teniendo presente todas estas consideraciones, puedo sostener que, desde un punto de vista esencialmente médico, que tanto las condiciones intelectuales, cognitivas, mentales y particularmente anímicas y físicas demostradas por el examinado permiten que sea interrogado, tal como ya lo señalé en mi informe al Sr. Ministro Juan Guzmán. Lo anterior, sin riesgo de descompensación de tipo diabético, o de hipertensión, o de crisis isquémicas transitorias, si se toman las precauciones debidas de tipo médico. Estas precauciones, todas posibles, no deberían constituir obstáculo alguno en la vida diaria del paciente.
Las sugerencias que "trauma y stress psíquico" o "deterioro oscilante" o que incluso tomarle fotos con huellas dactilares podrían "afectar condiciones psicofísicas del paciente", no son compatibles con las prácticas actuales de trastornos metabólicos y cognitivos del adulto mayor.
Por ultimo, la afirmación que se ha hecho pública recientemente sugiriendo que la Diabetes de comienzo tardío como la que sufre el paciente estaría alterando las funciones mentales y cognitivas, es tan arbitraria y poco científica, que me parece casi una irresponsabilidad que alguien la haya formulado, considerando además que en los días que examinamos al Sr. Pinochet esta diabetes estaba muy bien controlada a pesar de tediosos y prolongados exámenes por horas y horas a los que fue sometido.
Esperando haber podido responder sus inquietudes, los saluda atentamente
Dr. Luis Fornazzari MD FRCPC.
Director Clínico del Programa de Neuropsiquiatría
Departamentos de Neurología y Psiquiatría,
Centro de Adiciones y Salud Mental
Universidad de Toronto