SANTIAGO.- El abogado Eduardo Contreras, querellante en el caso "Caravana de la Muerte", solicitó hoy a la Segunda Sala de la Corte Suprema la anulación del fallo dictado el 9 de julio del año 2001 por la Sexta Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, que sobreseyó temporalmente el proceso contra el general (r) Augusto Pinochet por razones de salud mental.
En alegato público, el abogado basó sus argumentos en la inaplicabilidad de la Reforma Procesal Penal en la Región Metropolitana y en las incorrectas conclusiones emanadas de los exámenes médicos que le fueron practicados al desaforado senador vitalicio en enero del año pasado, de los cuales -según Contreras- se desprende que Pinochet no está loco, ni demente, ni enajenado mental.
El querellante sostuvo que el texto constitucional prohíbe la aplicación de la Reforma Procesal Penal en aquellas zonas en que no está vigente. Asimismo, agregó que de acuerdo a la propia norma contenida en la Reforma y en la Ley Orgánica Constitucional del Ministerio Público, se establece que sólo es válida para hechos cometidos con posterioridad a ella y no puede aplicarse retroactivamente.
El abogado se refirió específicamente el artículo 10 del nuevo Código de Procedimiento Penal -aplicado a Pinochet- y que establece que si un imputado no está en condiciones de enfrentar un juicio, se suspende el procedimiento hasta que lo esté.
Según Contreras, al proceder como lo hizo, la Sexta Sala se excedió en su competencia y se transformó en un tribunal incompetente.
Añadió que el fallo emanado de esa instancia judicial no se pronunció sobre los considerandos del ministro de fuero Juan Guzmán Tapia, quien con anterioridad había afirmado que no procedía el sobreseimiento de Augusto Pinochet. Esto, según Contreras, "arroja" una sombra de dudas sobre la transparencia de los tribunales.
El abogado afirmó además que el fallo es una clara infracción a las normas constitucionales, viola la igualdad ante la ley y es una discriminación arbitraria.
Salud mental
Con relación a la salud mental de Pinochet, el abogado Contreras sostuvo que aún cuando si se partiera desde el punto de vista de que los exámenes fueron realizados correctamente, el fallo de las Sexta Sala está errado en la conclusión de los exámenes, que es radicalmente distinta a la del ministro Juan Guzmán, quien estuvo en contacto directo con el inculpado y afirmó que sí podía ser interrogado.
Agregó que, a diferencia de lo que sostiene el fallo, la locura, demencia o enajenación mental sí están definidos en la legislación chilena, como "falta o privación absoluta de la razón".
Asimismo, dijo que según las definiciones de la Real Academia de la Lengua Española para estos conceptos, ninguno de ellos podría aplicarse al general (r) Pinochet, ya que, según lo ha afirmado su círculo cercano y su abogado Pablo Rodríguez, el ex militar realiza una vida normal y no está loco, ni demente, ni senil.
Asimismo, Contreras sostuvo que los peritos médicos determinaron que Pinochet tenía problemas vasculares subcorticales, es decir, bajo la corteza cerebral, por lo que sus facultades cognitivas como la memoria, los sentimientos, la capacidad de abstracción o de responder, no se encuentran dañadas como sí lo está su capacidad motora.
"La propia realidad nos demuestra que ésta es una gran farsa. Pinochet está con los daños físicos propios de su edad, pero no está con sus facultades mentales perturbadas y, por lo tanto, debe volver al proceso, debe ser filiado y debe ser, en definitiva, acusado y condenado. En este sentido, estoy absolutamente convencido de que la Corte Suprema va acoger nuestra apelación", dijo Contreras.
Por su parte, el abogado de la defensa Pablo Rodríguez sostuvo que la salud del general (r) Pinochet es inestable y está en constante peligro de agravarse. Agregó que a su juicio es absolutamente inviable la realización de nuevos exámenes médicos al desaforado senador vitalicio.
"El tribunal de casación no puede preocuparse de los problemas de hecho (...) y sólo tiene que aplicar la ley. Sólo un error jurídico puede justificar el acogimiento de un recurso de casación, jamás una cuestión de hecho", aseveró el abogado.
Asimismo, sostuvo que el mejor escenario para la defensa es el rechazo de los recursos de casación, "porque tenemos la esperanza de que el general Pinochet pueda algún día recuperarse. Y naturalmente, aún cuando esto sea teórico, tenemos que admitirlo como posible desde el punto de vista científico".
La Segunda Sala del máximo tribunal estuvo integrada por los magistrados Alberto Chaigneau, Milton Juica, Enrique Cury, José Luis Pérez y Nibaldo Segura.
Los alegatos continuarán el próximo miércoles, oportunidad en que harán sus planteamientos los abogados Juan Pavín (querellante) y Pablo Rodríguez.