VIÑA DEL MAR.- Cuesta imaginar, después de casi una hora y media de baile, que haya habido una mejor manera de dar comienzo a la fiesta que significa el Festival.
Cuestionado por algunos por ser una carta repetida, lo cierto es que Juan Luis Guerra cumplió con lo suyo e hizo bailar a toda la Quinta Vergara al ritmo de sus merengues y románticas composiciones ultra conocidas por los chilenos.
"A pedir su mano", "Visa para un sueño", "La bilirrubina", "El costo de la vida", se sucedieron una tras otra para dar un comienzo completo al certamen viñamarino.
A ratos el show estaba en la galería, la regalona de artistas y animadores, que se convirtió en una verdadera pista de baile. Parejas inventando vueltas y pasos tropicales, otras cuantas haciendo "trencitos", hicieron que cámaras y flashes se apuntaran hacia el lado opuesto del escenario.
En escena, Juan Luis Guerra movía coordinadamente sus más de dos metros de estatura, animando un show que tuvo sus puntos más altos con las interpretaciones de "Bachata rosa", "Como abeja al panal" y "Burbujas de amor".
Show aparte el que animaron los "4-40", el verdadero apellido de Juan Luis Guerra: 14 músicos y tres coristas capaces de mantener al monstruo prendido en los intermedios. Al ritmo de batucada, timbales y trompetas, sacaron aplausos y risas de la Quinta.
Juan Luis Guerra cerró un show de 1 hora y 20 minutos con dos antorchas, de Plata y Oro, y dándole el comienzo merecido a la 47a versión del Festival de Viña del Mar.
Tras su participación en la Quinta, el músico se mostró muy satisfecho y reconoció que fue su mejor show en el Festival, de los tres que ha dado (antes estuvo en 1991 y en 2000).
"Es el favor de Dios, y el público que recibió las canciones con tanta gracia. Estamos muy contentos por su reacción", afirmó el dominicano.