LONDRES.- El conflicto en torno al delantero estrella de la selección inglesa, Wayne Rooney, subió hoy de tono luego de que su club, Manchester United, reaccionara duramente a la afirmación del técnico Sven-Goran Eriksson de que la decisión de hacer jugar al atacante competía sólo a él y al jugador.
"Eriksson está jugando a la ruleta rusa con la carrera de Wayne", cita hoy el
Times a un dirigente del club. También el miembro de la presidencia Bobby Charlton, campeón mundial de 1966, expresó su preocupación: "Si lo hacen jugar demasiado temprano no le estarán haciendo ningún favor".
Tras las declaraciones de Eriksson desde la concentración de Buehlertal, de que solamente él y el jugador tenían capacidad de decisión en el tema, el manager del Manchester, Alex Fergurson, mantuvo una agria conversación telefónica con Eriksson, según señalan los medios ingleses.
Eriksson comunicó ayer que Rooney estaba en condiciones de jugar el Mundial, y según los medios planea, en el mejor de los casos, enviarlo a la cancha para el último partido de la fase de grupos contra Suecia el 20 de junio. "Cuando creamos que Wayne esté repuesto, recién entonces saldrá a jugar", dijo.
Respaldado por expertos médicos independientes, el Manchester exige que se cumpla el acuerdo con la federación inglesa según el cual Rooney no podrá jugar la fase de grupos y afirma que sería un riesgo para la recuperación del pie quebrado.
Según las versiones de hoy, Eriksson rechazó el acuerdo. La directiva del Manchester se basa en la opinión del reconocido ortopedista inglés Angus Wallace, quien opinó que Rooney necesita por lo menos doce días más para restablecerse por completo.
Rooney se fracturó el cuarto metatarso del pie derecho en un partido de liga entre el Manchester y el Chelsea el 29 de abril. Su nominación, en plena etapa de convalecencia, levantó revuelo en la opinión pública inglesa, que sigue con atención la evolución del "pie de la nación".
