Cuatro niños esperan en una especie de purgatorio, de limbo: el expósito, la niña que vendía las flores, el niño obrero y el niño malherido. Repasan su historia, su vida y las causas de su muerte. El espacio es a la vez la ciudad de Santiago, el puente Bulnes y su memorial de los detenidos desaparecidos. También la fábrica de cristales y el movimiento social de los años ´20, la vivienda precaria junto al río, el paseo Ahumada, la Plaza de Armas. Manuela Martelli, Daniel Gallo, José Manuel Aguirre y Germán Pinilla son los jóvenes actores que interpretan, bajo la dirección de Macarena Baeza, los monólogos del próximo estreno del TEUC, La Cruzada de los niños, de Marco Antonio De La Parra. Esta experiencia es el resultado de un laboratorio teatral de la Escuela de Teatro UC, realizado durante el segundo semestre del 2005. Como espacio de investigación, durante seis meses se probó el método de observación como forma de construcción de los personajes: recorriendo, percibiendo y recreando los niños que viven en la situación de marginalidad social. En la puesta en escena, la representación nos recuerda que esa infancia tiene un nombre, que es la experiencia personal de un niño y de una niña que viven en la caleta Bulnes, en el corazón de nuestra ciudad, como realidad paralela a la que no se puede acceder sin conciencia. Ella rescata esa sensación de fragilidad y de desamparo en la que aparecen todos los niños de la obra. Una fragilidad del cuerpo enfrentada a una fortaleza del alma, esa dicotomía, adultos en cuerpo de niños. El montaje es también el resultado de un trabajo de investigación donde se toman como referentes la cruzada medieval de Marcel Schwob, en la cual un grupo de niños parte desde Europa a Jerusalén a rescatar la Tierra Santa. También aparece la investigación de Jorge Rojas sobre los niños cristaleros en Chile durante los años ´20, donde se narra la organización sindical que consiguen estos niños para defender sus derechos: trabajaban en condiciones miserables, no tenían derecho a estudiar, hacían los trabajos más peligrosos y ganaban una décima parte. Además, hay que agregar una serie de información, documentales chilenos e internacionales, sobre la situación de los niños en el mundo y también nuestra realidad cotidiana como la niña de las flores de la plaza Ñuñoa o de la plaza de Armas. Con respecto a la escenografía, cuatro artistas la intervienen de manera plástica: Pablo Domínguez, José León, Ramón López y Georgia Wilson. La obra La cruzada de los niños es la segunda etapa a un proyecto ideado por la artística plástica Georgia Wilson. El año 2000, ella y el artista Bororo realizaron una exposición donde se ilustraban los derechos infantiles aprobados en la Convención sobre Los Derechos de los Niños el año 1989. El objetivo era dar a conocer a los niños sus derechos, a través de un lenguaje plástico, lúdico y cercano. Esta exposición se mostrará durante toda la temporada del montaje La Cruzada de los niños, en el Teatro de la Universidad Católica.