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Andrés Calamaro: "Qué triste imaginar a Víctor Jara colgando sus grabaciones en MySpace"

En entrevista con Emol, el músico habla de su regreso a Chile tras 10 años. Recuerda sus grabaciones en Santiago con UPA, sus encuentros con Dave Gahan, sus escapadas a Valparaíso, y explica por qué ahora asesinaría al MP3.

14 de Agosto de 2007 | 09:17 | Leonardo Núñez, El Mercurio Online

Escuche "Te quiero"


SANTIAGO.- Hace diez años, Andrés Calamaro se despidió de Chile después de un concierto tributando a Miguel Abuelo (se inauguraba su Plaza en Buenos Aires) y con un libro de Émile Michel Cioran bajo el brazo que sólo pudo pillar vitrineando en Santiago. El texto “era ‘El inconveniente de haber nacido’ y por el hotel andaba el cantante de Depeche Mode (David Gahan) con una botella de vino”, recuerda el músico argentino.

Sin saberlo, Calamaro le decía adiós a un país donde no siempre estuvo de paso. Acá trabajó con los recordados Upa! en los 80’ y, entre otras actividades, participó en la bienal de vanguardias de la Estación Mapocho.

Hoy, el autor de “Flaca” está de vuelta. Anunció concierto para la primera semana de diciembre en la Arena Santiago. Por fin, sus fans chilenos ya no tendrán que cruzar la cordillera para verlo en Argentina.

Sobre su regreso al país y su evolución en todo este tiempo, habló el artista con Emol. Y vaya que han cambiado las cosas. Calamaro dejó de consumir cocaína en altas dosis, escribe en su blog, anuncia otro disco más (siempre necesario) y, si pudiera, asesinaría al MP3 después de ser uno de los primeros músicos en fomentar la descarga de canciones por internet. ¿Qué pasó por su mente en estos diez años? Siga leyendo.

¿Algún recuerdo importante de Chile en tu carrera? ¿También disfrutaste la efervescencia del pop argentino en los 80s?
“Tengo recuerdos cosechados en Chile… yendo al Mercado (Central) a comer marisco en comitiva liderada por Ariel Rot, o comprando ropa de segunda mano con Daniel Melingos en Valparaíso… En Bellavista grabando con Upa! y Hernán Rojas, en la bienal de vanguardias en la Estación Mapocho… Lamento tan larga la espera, pero acaso sirve recordar-olvidar que en el período comprendido entre los años 2000 y 2005 no brinde, ni me brinde, conciertos ni giras, época conocida, por casi nadie, como el periodo Camboya Profunda, inspirado el nombre en el Coronel Kurtz de Marlon Brando (Nota de la R.: se refiere a su período de reclusión, alejamiento de los escenarios y a su dependencia de las drogas)”.

Regresas con disco nuevo, "La Lengua popular" (se lanza en septiembre). ¿Te entusiasmaría tocar en el festival de Viña? En la versión de 2007 sonó tu nombre.
“Sinceramente no me atrae particularmente el Festival de Viña, quizás me equivoque pero en, el histórico evento anual, se mezclan figuras mainstream de distintos perfiles y el público presume de pulgar romano… Tampoco me negué nunca, no tengo viñafobia ni una opinión formada, y sellada a propósito del asunto… Tampoco participé en anteriores negociaciones”.

Acá, eres una especie de mito, porque a diferencia de Paez o Cerati, eres esquivo con los fans y una generación entera se crío con tus hits pero jamás te vio en vivo. Muchos fueron a Mendoza para verte junto a Ariel Rot.
“No fue mi intención esquivar a mis fans, ni al pueblo chileno, tampoco criar a una generación, ni siquiera con éxitos radiales. Pero siento gratitud por aquellos que viajaron kilómetros para escucharme, y verme, y también, por qué no, por aquellos que se quedaron en casa…”.

A propósito, ¿qué te parece el regreso de Soda? Acá, los mayores de 30 están vueltos locos. Pero la gente joven está bastante molesta porque ese show impidió –por asuntos económicos, organizacionales y de permisos- el Sue, donde años anteriores tocaron los Strokes, Morrissey y P.J. Harvey.
“Pensé que ‘El Regreso’ volvía locos a los más jóvenes y dejaba indiferentes a los mayores de 30 pero, por lo visto, estaba, y estoy, equivocado … Me rindo ante la evidencia de que no soy un experto en marquetineo musical… o que confundo los objetivos… No tengo nada que objetar a la vuelta de Soda, aunque lamento que sea excusa para abortar otros conciertos de categoría… Confieso que, esta vuelta revuelta, estimula mi perfil más ambicioso y , sin quererlo, quiero ser millonario en pocos meses… Como compañero y camarada de carreteras de el trío, les deseo gloria y bienestar”. 

A partir de “El Salmón” fuiste uno de los primeros a favor de la libre circulación de canciones por Internet. Un activista de los mp3, antes del MySpace. ¿Cuál es tu opinión ahora? ¿Se acabaron los discos de 12 canciones?
“¡Basta de Internet! ¡Qué vuelvan las grabaciones sofisticadas y los músicos viajando en aviones privados! La vida virtual y el tiempo digital, están llenos de fallas y defectos … Para colmo, siempre hay alguien insultándote en un foro, o un blog… malditos anonimos soberbios. No es que la industria nos haya tratado tan bien, tampoco estábamos de acuerdo con el viejo sistema. Pero no es grato ver al viejo dinosaurio herido y tambaleándose…”

¿Qué opinas de los músicos que se molestan porque su música circula libremente por la web? Casualmente, los que más reclaman son grupos consolidados, con ventas millonarias.
“Pues claro. A los demás les da igual que su disco se venda o se regale. Casualmente esos artistas millonarios, o consolidados, son los que escuchamos toda la vida y aquellos viejos discos, por los cuales pagábamos alegremente, eran originales, especiales y artísticos”.

Con la democratización de la música por Internet –donde ya ni siquiera sabemos la cara de los autores de nuestros mp3 singles favoritos- , hay muchas maniobras comerciales que parecen obsoletas: las movidas de prensa, los vestuaristas, los rockeros mitificando sus orígenes … ¿Se perdió la posibilidad de asombro? ¿O eso mismo favorece a la música?
“Conceptualmente sigo dudando si es bello que la música sea gratis. Un Picasso cuesta millones y nadie discute ese canon de valor y arte. Tampoco está demostrado que Internet nos ayude a escuchar mejor música, o a comunicarnos mejor y podrían pasar generaciones, o 5 minutos, antes de que quede demostrado que no. Qué triste imaginar a Piazzola, Victor Jara o John Coltrane colgando sus grabaciones en MySpace”.

¿Tu etapa toxicómana ya está superada? Mucho es lo que se ha escrito sobre tu encierro en Madrid componiendo canciones con las mismas prácticas de David Bowie en el Berlín de los '80.
“Ahora soy un consumidor moderado, probablemente por debajo del promedio. Pero confieso haberme sometido a altas dosis de creatividad estimulada. No estuve con Bowie en Berlin, pero lo raro sería encontrar un músico que no haya pasado por etapas tóxicas alguna vez. Llegué a instalarme en un estilo de vida marginal y bohemio, rompiendo los esquemas horarios y los almanaques. Fue interesante y divertido, y tambien fue decadente y desgastante. Cuando lo vi posible, me bajé del tren en movimiento, no sin antes aprender a respirar bajo el agua".

Por último, ¿podrías contarnos de tu próximo disco, “La Lengua popular” (LLP) ¿Con qué se van a encontrar tus fans al escucharlo?
“Otra vez estoy conforme y orgulloso de un disco. Siempre pongo lo mejor que tengo, y hago lo que quiero, lo que puedo y lo que sé hacer. LLP confirma la existencia de discos con 12 canciones. Es una grabacion dirigida  por mi broder (sic) Cachorro López, envuelta en pinturas y dubujos de Liniers. Los contenidos son canciones proximas con estribillos, respetuosas con la estetica del rock n roll subtropical (sic). La lengua es guitarrístico, bailable, sentimental, valiente y gracioso. Es formidable y quisiera poder obligarlos a comprarlo masivamente… fuera de broma, como todos los discos ya justifica su existencia por el simple hecho de… existir”.

Consideras que ahora, que eres un hombre enamorado y que “sentaste cabeza”, la intensidad y la intención de tus canciones, es distinta? Tú último disco, El Palacio de las flores, suena muy estable a diferencia de los anteriores que eran  más rockeros.
“De todos los hombres, y mujeres, enamorados yo. Además, grabé con Litto Nebbia, que es uno de los inventores del invento y un padre del rock de autor en este idioma… Antes había grabado mis lecturas del folklore, el bolero y los tangos bajo el ala del Clan Limón y muy cerca de la guitarras geniales de Juanjo Domínguez y Niño Josele, la trompeta de Jerry Gonzalez, el piano de Caramelo y Reinoso, el gran Antonio Serrano y rodeados por un repertorio celestial de música académica y popular, fieles a la tradición heterodoxa… Presumo de versátil cuando escucho y cuando grabo… confieso haber vivido arrimándome a los géneros y no a la tela mal cortada, sin embargo me sé un músico de rock, de canciones respetuosas a la estética del rock n roll…”.

Consideras que en Argentina, el rock es música popular al mismo nivel que el tango y el folclore  como sostiene Litto Nebbia. ¿En España es distinto?
“Según lo que se entienda por nivel. El rock es popular, al mismo nivel (de popularidades) que la cumbia, casi tanto como el football o la televisión. El tango regresa a las fuentes del baile y es un producto de consumo turístico, también afectado por nuevas corrientes, el folklore reverdece en los festivales… En España, según palabras de Ariel Rot, el rock es el pariente pobre de la familia… pero tampoco me parece un problema que no alcance los niveles de popularidad de otros asuntos… El rock presume de contracultural y pertecene a sí mismo”.

¿Cómo es tu metodología de trabajo ahora? ¿Cuánto tiempo ocupas en componer?
“No tengo metodología de trabajo, tanto es así que dudo que  sea un trabajador o un artista. No compongo ni ensayo a diario… Últimamente ensayo y escribo puntualmente cuando un proyecto lo pide… No salgo demasiado, y vivo una vida bastante corriente, compro la comida, leo el periodico, camino por el barrio en donde vivo, no me escondo de la gente ni me siento agobiado… los eventos sociales no me atraen mucho y no voy buscando que me saquen fotos… me meto en los comercios de verdura, de libros, de discos y de ropa con normalidad...”.

¿Cómo es vivir siendo un artista popular sin ser divo? Una amiga de Buenos Aires te vio en el centro, sin guardaespaldas y sin un chofer cerca... ¿Cuál es tu cable a tierra con el pueblo, digamos?
“No me creo un divo, por lo tanto no lo soy, estoy hecho al rigor de los tiempos difíciles. Puedo confirmar que no tengo chofer ni guardaespaldas, pero tampoco sé manejar, conducir, automóviles ni motocicletas. Mi pueblo me ve caminando en la calle, no por televisión. Aunque no puedo evitar colaborar con las promociones de discos o conciertos importantes”.

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