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Beto Cuevas: "Cuando terminé con La Ley no miré la guitarra en tres meses"

El cantante está en Chile para presentar Miedo escénico, su primer trabajo tras el fin del grupo que lo transformó en figura continental, y con el que asegura que "la posibilidad de juntarnos es latente".

29 de Septiembre de 2008 | 15:22 | Sebastián Cerda, El Mercurio Online

SANTIAGO.- Para muchos se trata del único rockstar auténtico con que Chile cuenta en este momento. Un título sin dudas grandilocuente, pero que parece quedar confirmado en la atmósfera que, lo quiera o no, rodea a Alberto Cuevas. Radicado en Los Ángeles junto a su familia, el ex cantante de La Ley sólo viene a nuestro país en contadas ocasiones, por lo que su arribo es esperado, como cualquier artista internacional, por varios fans en el aeropuerto, aunque sea domingo y el reloj aún no marque las ocho de la mañana.

Es el soporte con que "Beto" inicia en estos días su carrera como solista, de la mano del disco Miedo escénico, una producción esperada por los fanáticos y por la prensa, con la conciencia de que este álbum no es uno como cualquiera.

Para Cuevas tampoco lo fue. Tras el fin de La Ley en 2005, el cantante se abrió a diversos rumbos. Actuó en películas, elaboró un corto en homenaje a The Cure para una entrega de premios MTV, y hasta se instaló en el mapa continental como figura del pop ligada a causas humanitarias. De música, nada por un tiempo.

"Cuando terminé con La Ley pasaron tres meses en que ni siquiera miré la guitarra. Pero después, de una forma natural, tuve la necesidad de expresarme a través de la música, así es que volví a agarrarla, empecé a trabajar en mi estudio, aprendí a manejarlo bien. Después de dos semanas comencé a grabar mis propios demos", cuenta a Emol en la misma habitación del hotel en que, cual visitante ocasional, se está hospedando en Santiago en estos días.

Ese trabajo permitió a Cuevas familiarizarse con perillas y gráficas. "Comprendí la importancia de la compresión, empecé a ecualizar. Eso me permitió decirle a los ingenieros lo que quería. Les pedí que mis baterías sonanaran como 'D'yer maker', de Led Zeppelin", dice.

-A lo largo de tu carrera has transmitido distintas cosas. Primero algo muy brit, luego fue un perfil más rockero. ¿De qué vertientes bebiste para dar cuerpo a Miedo Escénico?
-Creo que este disco es consecuencia de mis influencias en la vida, porque cuando hice el disco no escuché más música. La compañía en México me mandó una caja llena de discos diciéndome "éstos son todos los artistas que han pegado en los últimos dos años". Yo les respondí "muchas gracias, pero no voy a abrir la caja". No me interesa lo que ha estado pegando, no quiero ser uno más en una tendencia. Quiero arriesgarme, hacer algo muy propio, y así fue.

-"Vuelvo" es el nombre de tu primer single, un título muy significativo en el cancionero local, y con el que se ha hablado, entre otros temas, de regresos a la patria tras años de exilio. ¿En qué consiste tu vuelta?
-Tiene muchas lecturas. De partida, no creo que las canciones deban venir con instructivos, el misterio de una canción siempre tiene que existir. Pero dejando eso de lado, yendo a los subtextos, está la sensación de volver al mismo terreno en que estaba acostumbrado a estar, pero con una sensación distinta, con experiencia, después de los últimos tres años, con todo lo que aprendí en el pasado. Es mi vuelta como artista, como persona, con mucho entusiasmo.

-Se anuncian recitales tuyos para el verano, ¿puedes adelantarnos algo?
-La idea es hacer conciertos abiertos. Ahora estoy presentando mi nueva cara musical, pero sin olvidarme del pasado. He visto cantantes de bandas famosas que en sus carreras solistas muestran un rechazo al pasado, lo que me parece un grave error. Salía de los conciertos y escuchaba a la gente decir "me hubiese gustado escuchar tal canción". Cuando hice la gira por Estados Unidos, con 35 shows chiquitos para probar mi material, decidí incluir canciones de La Ley. Yo vengo de ese grupo y me encanta haber estado ahí, entonces quiero integrarlo. Quiero mostrar las canciones nuevas, pero entre medio meter algunas antiguas. En los primeros shows no lo hice, y después de tres canciones nuevas la gente comenzaba a hablar y me sentía como cantante de matrimonios. Cuando metía una de La Ley, la gente volvía. Y además, me gusta cantar canciones de La Ley.

-Mauricio Clavería ha expresado que La Ley está dormida, descansando, una metáfora que da a entender que en algún momento puede despertar. ¿Crees lo mismo?
-Es una forma de verlo, sin duda, porque la posibilidad de juntarnos es latente. Nosotros no nos peleamos, no tenemos diferencias medulares, pero siento que el grupo cumplió una etapa y mi carrera solista no es un simple capricho. Estoy emprendiendo un camino, quiero crecer y desarrollarme, y si en ese camino puedo volver a encontrarme con La Ley, por supuesto. Cerramos un capítulo que eventualmente podría volverse a abrir, pero eso hay que dejárselo al tiempo. Ayer llamé a Pedro y me dio gusto, porque no había hablado con él.

-¿Escuchaste su disco?
-Lo escuché, me dio mucho gusto, y de hecho va a venir mañana, nos juntaremos a conversar, a guitarrear un rato, a pasarla bien. Qué bueno, después de tres años, cuando llegamos a un punto en que vernos no era novedad. Vernos en esta etapa, con nuevos discos, es muy interesante para nosotros.

No sólo como una simple estrella musical ha emergido la figura de Alberto Cuevas en el último tiempo. Siguiendo los pasos de luminarias como Bono o Shakira, el cantante se ha ubicado como un férreo defensor de diversas causas humanitarias, entre ellas la protección de los cursos de agua en Aisén, y vinculado a organizaciones como Make a Wish o el Hogar de Cristo.

Un perfil que ha abierto el apetito de asesores políticos en Chile y Estados Unidos, donde ya fue contactado para dar público apoyo al demócrata Barack Obama.

"Pero yo nunca he querido participar en política, aunque tengo mis ideas. Me parece que la política es la práctica de la desilusión: se promete, se habla bonito, pero cuando llega el momento de los quiubos, las promesas se desvanecen. Recuerdo que en la campaña de Michelle Bachelet me llamaron unos asesores para decirme que ella me quería conocer. Yo respondí que con mucho gusto, que la invitaba a mi casa. Ellos dijeron 'no, la cita será en tal restorán, y estarán los medios de comunicación'. Me di cuenta de que querían utilizarme, entonces les agradecí y reiteré la invitación a mi casa, que no sería una reunión mediática, sino para conocernos. Ella me llamó después para pedirme disculpas".
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