CHIBA.- Al sector de los videojuegos le gustaría sacar tajada de la crisis financiera gracias a los consumidores prudentes, deprimidos o arruinados que, en lugar de salir a gastar su dinero, se encierren en sus casas para jugar a la consola, pero ¿será así en el mundo real?
A juzgar por el ambiente frenético del Tokio Game Show, el mayor salón asiático de videojuegos que tiene lugar hasta el domingo en la capital nipona, las compañías no están preocupadas por la debacle financiera.
Este sector "no es el tipo de industria que sufre caídas repentinas y violentas de la demanda", asegura Yoichi Wada, presidente de la federación profesional del sector en Japón y de la empresa Square Enix.
Pero Hiroshi Kamide, analista en KBC Securities, advierte que "la recesión, y me parece que estamos en ella, no es una buena cosa para este sector, digan lo que digan".
Las últimas cifras del mercado en Japón confirmarían su opinión. En el primer semestre, el valor de las ventas de consolas ha caído un 33,5%, mientras que las ventas de juegos lo hicieron un 10,3%, según datos de Enterbrain, sociedad de edición especializada.
No obstante, "esta contracción es natural, por los ciclos de aparición de nuevas generaciones de máquinas", explica su director, Hirokazu Hamamura, que explica que las ventas del año pasado se vieron favorecidas por la salida a finales de 2006 de la Wii de Nintendo y de la PlayStation 3 de Sony.
"La situación de los videojuegos en Japón no es mala", asegura, prediciendo incluso una segunda mitad del año dinámica con la salida de sagas muy esperadas en Japón, y de novedades para el gran público como la "Wii Music", el nuevo juego de simulación musical de Nintendo.
Pero si los juegos domésticos resisten en Japón, las salas especializadas se están viendo castigadas desde hace meses. Sus males se deben sobre todo al aumento de los precios del combustible, que disuade a muchos a la hora de salir a locales alejados de sus domicilios.
Sega, que gestiona unas 400 salas en Japón, confiesa también que la gente tiende ahora a jugar más en casa.
En Europa, donde el sector financiero está de momento más afectado que en Japón, la filial de juegos del gigante nipón Sony dice que no siente la crisis.
La desbandada financiera "no tiene efectos negativos en el mercado, más bien lo contrario", según un responsable de Sony Computer Europe de visita en Tokio.
"Lo leemos en las curvas de ventas, pese a que las últimas consolas y los títulos que van con ellas son más caros", explica.
En 2007, el mercado mundial de videojuegos se elevó a cerca de 3 billones de yenes (22.000 millones de euros), lo que significó un aumento del 80% respecto a 2006, según la asociación japonesa de industriales de diversión digital.
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