La cantante se presenta este viernes 16 de octubre a las 21 horas en el recinto de Movistar Arena en Santiago.
Foto: archivo de El Mercurio.Ciento cincuenta discos de oro y platino en 34 países, ventas de más de 26 millones de álbumes y el título de la artista clásica con mayores ventas del siglo son algunos de los impresionantes números que ostenta la inglesa Sarah Brightman, para muchos, la soprano más exitosa de las últimas décadas y la pionera en fusionar la escuela lírica con la música popular contemporánea.
Con 49 años, la musa y ex esposa de Andrew Lloyd Webber se prepara para su primera actuación en Chile este 16 de octubre en el Movistar Arena de Santiago, en el marco de una gira sudamericana que contempla además seis fechas en México, tres en Brasil, y presentaciones únicas en Caracas, Buenos Aires y Lima. Recitales que tienen a sus fanáticos latinos agotando las entradas y a la cantante llena de expectativas.
-Estoy muy entusiasmada porque nunca he estado allá, sólo conozco Brasil y México pero no he estado en los otros países -cuenta al teléfono desde Londres, donde es una celebridad desde los años 80-. Me encanta el idioma español. Mi familia vivió en España durante varios años, y siempre me ha gustado su cultura, su lenguaje. Siempre es un placer tener una pieza en español para cantar.
-¿Le pasa algo similar con la música de Latinoamérica?
-No tengo un gran conocimiento de la música latinoamericana, lo cual tiene un lado bueno, ya que me queda mucho por explorar. Una de mis grandes motivaciones al llegar a un país es aprender algo de su música, así puedo entender mejor la cultura. Lo que más me gusta cuando llego a un lugar es que le gente disfrute, que se ponga de pie y cante. Eso es lo que espero del público chileno.
Gótica y sinfónica
Su debut en el país será también una excusa para mostrar las canciones de su último disco de estudio hasta la fecha, Symphony (2008), el cual llegó al número uno en diversas listas del ránking Billboard, y en donde la soprano expone una faceta más oscura que la que había mostrado hasta el momento.
-Siempre tuve en mente hacer un disco más gótico. Mi vida pasa por procesos distintos, y en ocasiones esos son más oscuros, más tristes, y llevar eso a la música le da otra dimensión a quien soy. En ese tiempo estaba escuchando mucho Evanescence, Marilyn Manson y tambien Radiohead. Me gustan sus letras, muy profundas.
-¿Qué importancia le da al rock, y cómo fue cantar con Paul Stanley?
-Cantar con Paul Stanley (vocalista del grupo rockero Kiss) fue divertido, él es maravilloso, un hombre muy interesante e inteligente, asi que resultó todo muy bien. Me gusta el rock en realidad, no mucho el heavy metal, pero me gustan las cosas como Kiss, que tienen una propuesta muy visual, por eso los admiro. De los más contemporáneos me gusta mucho lo que hace Lily Allen. Ella es muy inteligente, orgánica y honesta con lo que hace.
Con un trabajado despliegue técnico y visual, la gira promocional de ese álbum, el "Symphony World Tour" ha sido un éxito rotundo en todos los países donde se ha presentado, pero para Sudamérica la cantante traerá un espectáculo diferente. "Como hay varios países en los que nunca he actuado, preparé un show especial que no está basado en las canciones de un solo disco, sino que incluye todos mis éxitos, con mis músicos y una orquesta".
El cruce a lo clásico
Para muchos, a través de esos éxitos y de sus más de veinte discos -entre álbumes de estudio y registros en vivo- la británica se encargó de llevar el canto lírico a las audiencias masivas, pavimentando así el camino para otros artistas como Il Divo o Andrea Bocelli, e inaugurando un estilo que los críticos han llamado "classical crossover", un concepto del que la diva opta por rehuir.
-¿Te sientes la precursora del llamado classical crossover?
-En realidad no pienso mucho en es, para ser sincera. Simplemente hago lo que hago y espero que a la indutria le guste algo diferente. Es un honor que la gente me adjudique eso, pero en verdad yo no lo veo tan así. La vida es tan corta y maravillosa que pienso que hay que tratar de hacer todas las cosas posibles que a uno le gustan.
Parte de ese desprejuicio que ha acompañado la carrera de la cantante se incubó en su juventud, cuando tomó clases de baile y canto, influenciada por la versatilidad de ídolos coterráneos como David Bowie y el grupo Pink Floyd.
-Me influyó mucho cuando joven lo que hacían artistas como David Bowie o Pink Floyd, artistas increiblemente visuales, siempre me fascinó mezclar la musica con contenidos visuales, y cambiar.
Tras su paso por Latinoamérica, la soprano tiene agendadas algunas fechas en Europa y un posible paso por Sudáfrica. Para el próximo año su idea es establecerse en Los Angeles, desde donde coordinará su más reciente inquietud artística: el cine, área en la que suma pequeños roles y un primer protagónico el año pasado en el musical "Repo! The genetic opera".