Fue un doble retorno el de la presentación del primer disco del cantante Alonso Núñez, a comienzos de enero pasado. Volviendo a ser un pez se llama el disco, y Núñez volvió a su tierra natal para estrenarlo en el Cine Municipal de Coyhaique, en la región de Aysén. El cantante ya había dejado un adelanto de su música en la canción "Con la rabia" para el disco colectivo Voces x Patagonia (2009) como parte de la campaña ambientalista contra la construcción de cinco megacentrales hidroeléctricas de la transnacional HidroAysén. Pero esta vez es un repertorio completo de diez canciones el de su primer disco.
-Coyhaique es la ciudad en donde me encontré como cantor y donde recibí los primeros reconocimientos por mi trabajo -dice Núñez, que estudia pedagogía en Valparaíso-. Después de pasar mucho tiempo fuera de mi tierra lo único que quería era presentar mi disco en el lugar donde nacieron mis primeras canciones. Y la gente respondó mejor de como esperábamos, llenando todas las butacas, y los pasillos se llenaron también de gente sentada en el piso, fue genial.
-¿Qué tiene la canción "Volviendo a ser un pez” que te pareció apropiado para poner ese título al disco completo?
-Es una cancion que arreglamos sólo con bajo eléctrico, guitarras y cajón peruano. Tiene tres acordes y una letra que es un llamado personal a volver a la sencillez en todo aspecto. Si lo miras en ese contexto todo cobra sentido: un disco resencillo pero con mucha fuerza, que fue lanzado en mi origen, en la Patagonia, tal como los peces que siempre están volviendo al lugar en donde nacieron. Fue la canción líder, que nos dio la idea para la instrumentación de todas las otras: pocos instrumentos pero mucha alma.
-¿Y otra canción, “Bufones”, está dedicada a alguien en particular?
-En general a la clase política chilena, a las personas que han utilizado los cargos de gobierno para abrir las puertas de nuestro país a las transnacionales, olvidando los compromisos gritados a los cuatro vientos en las campañas políticas. (El Subcomandante) Marcos dice que estando el sistema neoliberal dominando una región, quienes estén en el gobierno serán bufones del capital. Ya ves, es cosa de ponerse a analizar nada más.
Rock con cuerdas de nylon
Más allá de la música trovadoresca, en el primer disco de Alonso Núñez se escuchan otros géneros como tonada, son cubano o incluso un minueto. "Son canciones escritas hace mucho tiempo. Es una recopilación de músicas, etapas de mi vida, momentos importantes, vivencias, entonces las canciones nada más confluyeron aquí, no fue algo premeditado".
-También hablas de rock acústico, tocado con cuerdas de nylon. ¿Te interesa el rock también, qué músicos en particular?
-Lo decía porque son rockeras pero están tocadas con instrumentos pequeños, cajón peruano simulando la batería, guitarras con cuerdas de nylon, bajo eléctrico y también metimos un (órgano) Hammond entre medio. En estos últimos años me he hecho fan del rock argentino y de los grandes músicos y poetas que nos cantan desde allá. "Volviendo a ser un pez", "Canción para un rockero", "Hermano del mar", son canciones en donde aparece este rock acústico.
-Desde la Nueva Canción y el Canto Nuevo hay una gran tradición de cantores y trovadores en Chile. ¿Algunos de ellos han sido referencias para ti?
-Manuel Huerta, Francisco Villa, Eduardo Peralta, Magdalena Mathey y tantos otros han sido sin duda una referencia, me emocionan Violeta Parra y Víctor (Jara), siento que después de ellos dos los demás somos y seremos aprendices. Son quienes nos marcaron el camino y los demás intentamos seguir ese camino, en mi caso desde el compromiso social el activismo y la música, tal como ellos lo hacían.
El disco aparece luego de ocho años de trabajo, según contabiliza el músico. "Nos demoramos ocho años porque no habíamos tenido los recursos y nunca he querido postular a proyecto alguno, para producir de la manera más libre posible", explica. En 2002 hizo su primer concierto, con canciones propias y de autores como Víctor Jara, Violeta Parra, Alejandro Filio, Silvio Rodríguez y Frank Delgado, y en el mismo año había empezado a escribir canciones. "Llevaba mucho tiempo tocando en diferentes agrupaciones de son cubano, de guitarras, pero ese año opté por el camino de las canciones. Me acomodaba y no me era difícil leer cosas de la sociedad y escribirlas".
También están en su bitácora actuaciones en Bariloche, Argentina, y en Zacatecas, México, donde fue invitado por el instituto cultural Ramón López Velarde a participar de un festival y recibió un reconocimiento. "Por Bariloche siempre estoy pasando cuando viajo hacia el norte y fui conociendo amigos con los que compartimos intereses por la defensa de los derechos humanos y por las luchas sociales de Latinoamérica. Y en Zacatecas conocieron mi música y me mandaron a buscar. Luego del festival hice una gira por teatros pequeños y algunos bares de trova de muchas ciudades de México".
Valparaíso, cerca y lejos
Una opción elocuente de Núñez fue grabar el disco en los estudios Madreselva en Santiago, cuyo ingeniero Alfonso Pérez se ha especializado en decenas de grabaciones de músicos y conjuntos de música latinoamericana.
-De Alfonso siempre tuve buenas referencias por su trabajo y por cómo se compromete con los proyectos que entran a su laboratorio. Nos conocimos cuando grabé "Con la rabia" e hicimos rebuenas migas, lo elegí por eso y por su artesanía. Grabamos en invierno y nunca pasé frío en su estudio.
Diversos invitados lo acompañaron en el disco, desde su padre, Sergio Núñez, hasta músicos de Valparaíso como el conjunto de música cubana porteño Caña Quemá, el pianista Cristian Aguilar, la violinista Ingrid Cotton, el jazzista Marcelo Chelo Guzmán y el percusionista Jorge Rosas. "Jorge Rosas es parte de mi familia porteña como les llamo, el círculo de amigos que me acogieron cuando llegué a Valparaíso. Lo conocí por medio del cantautor porteño y amigo Claudio Martinez, uno de los mejores de Valparaíso a mi parecer".
Y también hay dos invitados de la Patagonia, la chelista Magdalena Rosas, quien además es gestora cultural en la región ("siempre nos encontramos en actos y eventos culturales acá en el sur, es una gran y aperrada amiga") y el bajista Felipe Catrilef. "Con él nos conocemos desde este año pero tenemos una infancia en común, él es de Puerto Aysén, los dos somos resureños y cuando nos juntamos se nos sale lo del acento del sur", se ríe. "Es un gran talento del bajo chileno; alumno, amigo y segundo bajo de la banda de Christian Gálvez. El Felipe no va a durar mucho en Chile, así que hay que aprovecharlo todo lo que podamos".
-¿Cómo fue grabar con otros dos cantantes y autores, Alexis Venegas y José Manuel Lattus?
-Alexis y Chiclo (José Manuel Lattus) son hermanos trovadores, aquellos que están presentes no sólo en los escenarios sino en el cotidiano también. Alexis no tuvo reparo en prestarme su mejor guitarra de cuerdas steel (metálicas) para grabar el disco, de ese tipo de hermandad te hablo. Y con Chiclo es lo mismo, conozco a su familia a sus hijos, más que trabajar fue un compartir este paso importante en mi música.
-¿Y con tu padre? ¿Él es cantante también?
-Con mi padre fue una experiencia hermosa. Mi viejo formó parte de la resistencia a la dictadura en la Octava Región y luego en el '78 acá en la Patagonia, fue dirigente de profesores y tengo muy presente su felicidad cuando ganó el no (en el plebiscito de 1988). Con él grabamos la "Zamba del Quijote", una canción escrita para toda esta gente que está siempre en las calles reclamando sus derechos, los que rayan sus poleras, sus paredes de Facebook o lo que sea. Entonces tenía que compartirla con el que, digo yo, es uno Quijotes más importantes en mi vida. Mi papá es profesor de música y canta hermoso.
-Además de estudiar en Valparaíso ¿estás tocando allá? ¿Al parecer hay un buen circuito de cantantes y trovadores?
-Sí, hay hartos cantores que deambulan por Valparaíso y locales en donde, a pesar de la gran bulla, voy a escuchar a los que por pasan por ahí. Para ser bien sincero, no toco casi nunca allá, siempre estoy saliendo a ciudades como Santiago, Concepción, Valdivia, Temuco. En Valparaíso se dio gran auge a algunos y muchos quedamos fuera, así que tuvimos que buscar por otras partes. Culturalmente Valparaíso es una ciudad de "elegidos". Cuesta mucho generar espacios para cantar y la gente no está acostumbrada a pagar entradas, entonces es difícil producir eventos para los que trabajamos con la autogestión.
Patagonia: a favor de cuidar el agua
En el caso de Alonso Núñez el apoyo a la campaña "Patagonia sin represas" tiene que ver con su origen en la región.
-Mira, acá en el sur los niños tienen, y yo tuve, una infancia privilegiada, pues teníamos un gran patio trasero que se llama "la Patagonia". Imagínate, ríos, pájaros, árboles para trepar, botes amarrados a las orillas del río en donde podíamos jugar, pichangas hasta que se escondía el sol y gente muy amable. Acá en el sur nos conocemos todos, para donde andas siempre vas saludando a alguien, la gente se quiere y se respeta mucho. Cuando digo gente hablo de los comunes y corrientes, los que no tienen conflictos con el poder, los que pican la leña todas las mañanas para prender las estufas, a ellos me refiero. Entonces cuando ves venir una amenaza de este tipo, en donde no sólo hay destrucción ambiental sino el dinero llega a corroer todo también, las confianzas, las amistades, la tranquilidad, entonces claramente tiene que ver con mi origen esto de defender mi tierra a través del canto.
-¿"Con la rabia" también está en el disco nuevo?
-Sí, no la quisimos dejar fuera.
-¿Qué te pareció el disco Voces x Patagonia, ahora a un año y medio de que fue editado?
-Me pareció un esfuerzo hermoso al que se debió haber sacado mucho más partido. Se podría haber hecho también un disco de circulación nacional con cantores específicamente de la Patagonia, por ejemplo, las letras de nuestros cantores locales, de los concientes, están hablando de nuestras problemáticas, entonces hay que oírlas y buscarlas.
-¿Te inquieta cómo ha avanzado el proyecto de HidroAysén? ¿Cómo te parece que está funcionando la institucionalidad ambiental en este tema?
-Las leyes chilenas dejan que estas cosas pasen y las empresas siempre van a tener por dónde ganar. Creo que ése no es el tema, el tema es qué vamos a hacer cuando nos demos cuenta de que se ha vendido todo a nuestras espaldas. El avance de HidroAysén era esperable, el dinero lo compra todo, hasta las conciencias y la dignidad de quienes las ponen en venta. Ellos siempre han funcionado así y nosotros lo venimos diciendo apenas aparecieron en la Patagonia. Lo que me tranquiliza y me da fuerzas son nuestros argumentos. Nosotros ponemos de argumento la vida, el respeto, la tolerancia, el cariño y el amor por nuestra tierra y nuestra gente. El argumento de HidroAysén es dinero y nada más.
-¿Qué te parece en particular la ofensiva publicitaria que ha pagado la empresa, con estas dos campañas, primero la que hablaba del tema de la energía a medias si no se construyen las represas y luego la del slogan "a favor del agua" que hay ahora?
-La campaña que pagaron carece de credibilidad y argumentos, carece de información real. Es difundir el terror, es casi tan infantil como cuando no te dejaban jugar a la pelota y decías "ah, entonces me la llevo". Lo que me parece más grave es que quienes nos "representan" avalen este tipo de cosas con su silencio. Es lo más patético.
-El slogan de la campaña actual es "A favor del agua: limpia - renovable - chilena", o sea tiene hasta una connotación ambientalista, pero en realidad la frase implícita es "A favor de (explotar) el agua", que es básicamente lo contrario: intervenir el sistema hídrico de la zona. ¿Crees que ese tipo de manejo en el lenguaje puede confundir?
-Por supuesto que confunde cuando no hablas claro con la gente. Cuando mientes por supuesto que confundes, pero ellos lanzaron su campaña después de que las encuestas dijeron que hay un 58 por ciento de chilenos que estamos en contra de este proyecto. Y no es sólo eso, es el 58 de chilenos que están informados, que no les creen, que están al tanto de la corrupción, de cómo operan estas empresas. Entonces no hay que asustarse, hay que seguir apelando a la sinceridad y la transparencia con las que el movimiento ciudadano se para frente a monstruos de plástico.