Londres. - Existe poca evidencia científica de que los remedios en base a hierbas, comúnmente usados para tratar los síntomas de la menopausia, funcionen y algunos serían riesgosos si se combinan con otros tratamientos, según una revisión de estudios publicada el miércoles.
El cohosh negro o cimicifuga racemosa, el trébol rojo, la Angelica sinensis o Dong quai, el aceite de onagra y el ginseng suelen tomarse para aliviar los sofocos, el insomnio y la falta de deseo sexual, con la idea de que son productos naturales sin riesgo, dijo Ike Iheanacho, editor de la revista "Drug and Therapeutics Bulletin".
"Sin embargo, en realidad, las medicinas en base a hierbas tienen acciones farmacológicas y por ello pueden causar efectos colaterales no deseados y tener interacciones potencialmente peligrosas con otras medicinas, tanto herbáceas como convencionales", añadió el autor.
Se estima que entre el 30 y el 70 por ciento de las mujeres de los países industrializados experimenta síntomas relacionados con la menopausia, causados por una caída pronunciada en los niveles de estrógeno.
En promedio, los síntomas duran alrededor de cuatro años, pero en algunas mujeres persisten por mucho más tiempo, indicó Iheanacho.
La terapia de reemplazo hormonal era un tratamiento popular hasta que en el 2002 un estudio sugirió que aumentaría el riesgo no sólo de cáncer de pecho y ovario, sino también de accidente cerebrovascular (ACV) y otras condiciones graves.
La revisión de Iheanacho de estudios, comentarios científicos y otras fuentes publicadas previamente, halló evidencia mixta sobre si el cohosh negro aliviaba los síntomas menopáusicos con eficacia y no encontró datos importantes que señalen que el trébol negro realmente funciona.
Tampoco hubo evidencia de que el Dong quai, el aceite de onagra y otros remedios herbáceos hagan alguna diferencia, añadió el autor en la revisión, que incluyó 26 estudios publicados.
"Hay poca evidencia sobre si funcionan", dijo Iheanacho.
Los resultados también destacan el hecho de que hay poca evidencia de calidad sobre la efectividad de las medicinas en base a hierbas o sobre cómo reaccionarían combinadas con fármacos de prescripción, escribió el autor.
Los estudios suelen estar mal diseñados, incluyen muy pocos participantes o no son suficientemente prolongados como para valorar realmente a los productos en análisis, agregó Iheanacho.