En una sociedad cargada a la sexualidad es común que muchas mujeres recurran a la ayuda de especialistas agobiadas por el hecho de que en las relaciones íntimas con sus parejas no logran alcanzar el orgasmo.
Más aún si se considera que hasta hace poco todavía estaba vigente la teoría del fundador del psicoanálisis, Sigmund Freud, respecto a la existencia de dos tipos de orgasmos: el clitoridiano y el vaginal.
Sin embargo, hoy ese postulado ha sido descartado y -según afirma el portal
sexualidadonline.com- se sabe que la respuesta orgásmica de la mujer es única.
A juicio de Antonio Salas, presidente de la Sociedad Chilena de Sexología, en ella el clítoris cumple un papel fundamental.
"El clítoris es el que principalmente desencadena el orgasmo", afirma Salas, agregando que durante la primera parte de la relación sexual ese órgano incluso tiene una erección. Luego, la mujer debe ser capaz de ir traspasando -inconscientemente- esa sensibilidad inicial hacia la vagina para seguir sintiendo placer en las siguientes etapas del encuentro íntimo.
Hasta aquí todo bien, pero la complicación viene si se considera que como el clítoris es el que "manda", la mayor estimulación de la mujer se produce no con la penetración del pene, sino que en el período previo de excitación. Un dato quizás un poco desalentador para el género masculino.
"La mujer llega a tener un clímax en un porcentaje mayor por masturbación que por sexualidad. Pareciera que la zona del punto 'G', la cara anterior de la vagina, es la que las estimula a tener un clímax y en una relación normal ese punto 'G' tiene un contacto muy superficial o no tiene ninguno", sostiene el sexólogo y urólogo Eduardo Ceruti.
"Hay muchas fantasías y puede haber muchas realidades dentro de esto. Hay mujeres que nunca han podido transferir su placer hacia la vagina y sólo lo sienten cuando son acariciadas, tocadas o con sexo oral", añade por su parte Salas.
Este hecho de alguna manera explica las estadísticas mundiales que indican que un 75% de las mujeres, es decir, tres de cada cuatro, no tiene un clímax durante una relación sexual.
"El orgasmo femenino es un privilegio de muy pocas", señala Ceruti, y agrega: "La mayoría de las mujeres tiene una sensación, pero evidentemente tienen muchas más posibilidades de no tener la sensación fuerte del orgasmo masculino".
No hay por qué afligirse
Y aunque para algunas mujeres el hecho de no tener un orgasmo las asusta, sobre todo porque en todas partes se habla de las maravillas de esa sensación que ellas nunca han experimentado, otras en cambio no le dan ninguna importancia, ya que valoran su sexualidad tal cual es.
"¿Por qué tienes que exigirle a la naturaleza lo que la naturaleza no te da?", se pregunta Eduardo Ceruti. "Quien no tiene un clímax durante el sexo puede igual tener una relación bonita, sentirse satisfecha, sentir afecto, cariño, ternura (...) todos los elementos que durante su vida ha valorizado podrían hacer que la sexualidad tenga otra forma de expresarse y bastante buena también", afirma el sexólogo.
A eso hay que agregar que, generalmente, las mujeres aprecian más la relación emocional y afectiva con sus parejas, que los hombres. Es así como hoy se pueden encontrar -según Ceruti- aquellos a quienes les interesa más tener un buen orgasmo que una buena relación.
Otro aspecto importante a considerar para que mujeres -y también hombres- disfruten plenamente de su sexualidad, es el hecho de que es prácticamente imposible que ambos alcancen el orgasmo en forma simultánea.
"Tanto hombres como mujeres tienen sexualidades diferentes, con distintos estímulos", explica Ceruti. De hecho, si una mujer se siente cómoda con su pareja, durante la relación sexual puede experimentar un clímax varias veces. "Eso es privativo de la mujer, los hombres no lo tienen", dice el sexólogo.
Además, es importante tomar en cuenta que el hombre tiene la capacidad de alcanzar el orgasmo en un par de minutos, mientras que la mujer habitualmente necesita de más tiempo.
A juicio de Antonio Salas, preocuparse de ese tema es condicionar el sexo. "El sexo debe ser lo más libre posible (...) Que (el orgasmo) sea simultáneo es una casualidad, son cosas muy difíciles de conseguir y que no tienen la gran importancia que la gente le atribuye", concluye.