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Salto a la muerte: la moda de lanzarse desde los balcones

03 de Septiembre de 2010 | 12:31 | Por Sara Barderas, DPA
MADRID.- Noche de fiesta en Mallorca o Ibiza. Jóvenes de vacaciones, en su mayoría turistas alemanes y británicos llegados a España, bailan, toman alcohol y en algunos casos también drogas. Tras la juerga, es el momento de regresar al hotel. Y la diversión continúa allí con una práctica temeraria que genera adrenalina, pero tiene todas las cartas para terminar en tragedia: saltar de balcón en balcón o lanzarse desde la terraza a la piscina.

En lo que va de verano, una treintena de jóvenes se ha precipitado al vacío al hacer "balconing", como se conoce esta práctica que según los servicios sanitarios se repite cada año. De ellos, cuatro han muerto en Mallorca e Ibiza en los últimos días. Un joven británico de 20 años se debate además entre la vida y la muerte tras precipitarse al vacío el pasado domingo. Cayó de un tercer piso en Ibiza.

"Eso aquí se ha visto desde hace tiempo, pero lo de este año ya parece una plaga", dijo a medios españoles el recepcionista de un hotel de la localidad mallorquina de Alcudia.

"Llegan bebidos o drogados y continúan la juerga en la habitación. Si los pillas, te dicen que han perdido las llaves, pero la mayoría de las veces es que intentan saltar a la habitación de las chicas, o piensan que pueden llegar hasta la piscina", indicó.

No sólo lo hacen en los hoteles. También en apartamentos turísticos de alquiler. O en su propia casa. Y las hazañas, cuando se consiguen, se cuelgan en muchas ocasiones en Internet.

En las Islas Baleares se registra de media un accidente cada dos días por esta causa, según estimaciones publicadas por la prensa local.

El perfil habitual de un "precipitado", como se habla ya de quien cae de un balcón en esta arriesgada práctica de moda, es el de un joven turista extranjero, en torno a los 20 años, que ha tomado alcohol y drogas. Las zonas en las que más casos se dan son las de Magaluf, Palmanova, El Arenal y Alcudia, todas ellas en Mallorca, y Plaja d’en Bossa, en Ibiza.

Ha habido casos en los que el golpe ha quedado sólo en una pierna o un brazo roto. Otros sufren politraumatismos. Algún accidentado se ha abierto la cabeza.

El sector turístico balear está empezando a temer que estos accidentes de jóvenes temerarios pueden empañar la imagen de las islas como destino de vacaciones. "No nos interesa que se nos vea como el paraíso del desmadre", dijo el director de un hotel de Ibiza.

Por eso, muchos hoteles y apartamentos han puesto ya barandillas y mamparas extra a modo de refuerzo de la seguridad. "Estamos tratando de limpiar nuestro nombre y lo vamos consiguiendo, la política del ’todo vale’ ya no funciona", manifestó el portavoz de una asociación hotelera en Mallorca.
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