"En cada niño hay un genio potencial". Ésa es la filosofía con la que trabaja Pablo Menichetti para realizar sus
programas de coaching (entrenamiento) a niños y jóvenes de entre 9 y 19 años, con el objetivo de entregarles herramientas para tener éxito en una sociedad global y competitiva.
Se trata de una tendencia que el empresario chileno importó desde Singapur, donde vivió durante los últimos cinco años.
"Me di cuenta de que Singapur, siendo el país número uno en educación en el mundo, hacía más cosas que la simple educación tradicional y hacía cursos de enriquecimiento de los niños, coaching, que ayudan a que tengan más herramientas para aprovechar la educación tradicional que se les entrega", explica Menichetti (37).
Así, hace un mes y medio comenzó a impartir los seminarios, a los que ya han asistido unas 50 personas. Las charlas -que son dictadas por un equipo multidiscipliario- duran tres días y se dividen en dos partes. En la primera se enseñan técnicas de aprendizaje para que niños y jóvenes aprendan a aprovechar toda la información que se les entrega, a tomar apuntes, a memorizar y a entender, entre otras cosas.
La segunda parte es más motivacional y en ella se les instruye en aspectos como cuál es la mejor forma de administrar sus emociones, qué actitudes tener para obtener sus objetivos, ir al colegio para alcanzarlos y, en el fondo, darle sentido a toda su vida estudiantil.
"A muchos niños uno les pregunta: '¿Por qué vas al colegio?' Y ellos contestan: 'porque me obligan' o 'porque tengo que ir'. Nuestros estudiantes salen de los cursos y son capaces de responder: 'Porque quiero hacer esto, porque quiero ir a estudiar afuera, porque quiero ser alguien'", sostiene Menichetti.
Los programas también incluyen un seguimiento semanal durante un mes, cuyo objetivo es monitorear que niños y jóvenes utilicen lo aprendido en el día a día, y resolver cualquier duda que se les haya presentado.
Competitividad positiva"Queremos niños que tengan confianza, que crean en ellos, que tengan autoestima alta, que ojalá digan 'yo puedo'", asegura el empresario, descartando que la idea sea formar niños que, a ojos de sus pares, "se crean la muerte".
"Nosotros les hacemos unos seminarios introductorios a los papás, donde les mostramos cómo los niños son capaces de memorizar de 30 a 40 palabras en 10 minutos, cosa que ellos pensaban que era imposible (...) Pero con técnicas que son entretenidas (...) ellos aprenden cualquier cosa. Entonces los niños se dan cuenta de que sí pueden, ése es un poco el valor agregado", explica Menichetti.
En el fondo, el objetivo es hacerlos competitivos, pero -recalca- en el sentido positivo, de manera que puedan lograr lo que ellos realmente desean. "Éste es un mundo competitivo y lo va a ser cada vez más (...) Entonces lo que hay que hacer es que los niños sean competitivos en el futuro", afirma.
Sin embargo, la duda que surge es: ¿por qué hoy se debe recurrir a terceros para cumplir una labor (aumentar la autoestima, formar niños con inteligencia emocional, etc.) que lógicamente debería corresponder a los padres? Pablo Menichetti la resuelve:
"Hay cosas que uno no ve (...) entonces es bueno tener gente externa que nos ayude", señala. "Nosotros hablamos con los papás y los ayudamos a darse cuenta y estoy seguro que eso cambia radicalmente la relación con los niños", agrega.
¿Una herramienta contra el bullying? |
Aunque originalmente los programas que imparte Menichetti no fueron concebidos para niños que sufren bullying, el empresario sostiene que sí podrían servir, ya que en ellos se enseña a los niños a identificar qué agentes externos los limitan en su vida.
"“El bullying puede ser de los compañeros de curso, puede ser de los profesores, puede ser de los mismos papás. Entonces, nosotros les mostramos a los niños todos estos personajes que de alguna forma los están perjudicando a veces sin querer, ellos los identifican y les enseñamos a decir 'alto, yo necesito esto para seguir adelante'", explica Menichetti. |