Macarena Pérez, El Mercurio
Amoníaco y agua oxigenada. Ésos son los dos componentes clave de la mayoría de las tinturas para el cabello, sobre todo de las de aquellas cuyo objetivo es aclarar. Sin embargo, su combinación y uso periódico provocan un gran daño para el pelo, el cual con el paso del tiempo comienza a verse opaco, sin vida, seco y áspero.
El especialista en cuidado capilar Jean-Francois Lazartigue explica que la mezcla de amoníaco y agua oxigenada tiene una acción decolorante, que permite aclarar el cabello en dos o tres tonos. "Quema los pigmentos naturales de coloración y los reemplaza por pigmentos artificiales", afirma. El problema es que cada vez que esta operación se repite, el pelo resulta agredido y como consecuencia se debilita.
Según el francés, las tinturas que contienen ambos componentes son las denominadas permanentes, es decir, aquellas que permiten cubrir el 100 por ciento de las canas. También existen las fugaces, que de un lavado a otro van desapareciendo, y las semi-permanentes, que resisten de dos a cinco lavados y permiten disimular aproximadamente un 30 por ciento de los cabellos blancos. "No duran, no cubren, pero tampoco dañan", sostiene sobre estas últimas.
Preocupado por el nivel de agresión al que es sometido el pelo en cada coloración, hace más de 30 años Lazartigue ideó una tintura que, sin provocar daño, permite cubrir totalmente las canas. Se denomina "Emulsión Colorante", y no contiene ni amoníaco ni agua oxigenada.
"Es un producto único en el mundo", asegura. "El color se sostiene muy bien, resiste muy bien el sol y el agua del mar, los principales enemigos de la coloración permanente", agrega. El problema, eso sí, es que no puede aclarar el pelo como las tinturas que contienen amoníaco y agua oxigenada.
Pero, ¿cómo logró reemplazarlos? Ése es el secreto mejor guardado de Lazartigue y de él sólo revela que no se trata de un producto natural, sino que de una decoloración de síntesis.
El completo hermetismo que mantiene le ha permitido sobrevivir frente a otras marcas más grandes de productos capilares. De hecho cuenta que cuando recién sacó su tintura pensó que las compañías más poderosas lo eliminarían del mercado, sobre todo porque su publicidad hacía hincapié en el hecho de que la coloración por oxidación dañaba y la de su producto no.
De Francia al resto del mundoLazartigue siempre ha sido un verdadero apasionado por el cabello. Comenzó su carrera como peluquero y abrió su primer salón en París, en diciembre de 1963.
El primer producto de su autoría fue un shampoo con crema de colágeno que lava, trata y deja el pelo fácil de peinar.
Luego comenzó a interesarse en el tema de las coloraciones, haciendo aplicaciones de henna. El problema era que todo el procedimiento era demasiado complicado, por lo que se le ocurrió la idea de incorporar jugo de henna a su crema de colágeno. El resultado: un producto cremoso que daba color.
"Mi primera gama de productos de coloración tuvo bastante éxito, porque desde el punto de vista de la calidad eran muy buenos. Pero tenían el inconveniente de que no cubrían las canas y en su lugar daban reflejos", explica el francés. Esa línea todavía existe y se llama "Cuidado Reflejo Colorante".
Y como sus clientas seguían interesadas en tapar sus cabellos blancos, Lazartigue continuó investigando hasta dar con su "Emulsión Colorante" sin amoníaco ni agua oxigenada.
Actualmente, los productos J.F. Lazartigue se distribuyen en más de 60 países, entre ellos Chile. Aquí sólo pueden encontrarse en el Centro de Tratamiento y Asesoría Capilar Lazartigue (Alonso de Córdova 3875, local 1), donde la coloración tiene un valor de $35.000.
El shampoo: la base de un buen cuidado capilar |
A juicio de Jean-Francois Lazartigue el lavado es fundamental para un real cuidado del cabello. El problema es que actualmente el mercado ofrece demasiados shampoo, algunos de los cuales son muy malos. "Hay que eliminarlos", sentencia el especialista.
Según Lazartigue, hoy las personas eligen su shampoo al azar. "Les gusta el color, la forma del frasco o la publicidad que vieron", explica. Y aunque no todos son malos, hay muchos que no son buenos, sobre todo los más baratos, ya que "es imposible hacer un producto de calidad que no sea caro".
Otro error común es elegir un shampoo inadecuado para el tipo de pelo de la persona y el daño que tenga. "Si tienes el pelo fino y liso no puedes usar el mismo shampoo de una persona que lo tiene grueso y frizzado", explica.
Por esta razón, hace algunos años el especialista en cuidado capilar desarrolló un examen para poder recomendar a sus clientas los productos adecuados según su cuero cabelludo y tipo de cabello. "Esto permite hacer un diagnóstico completo y un tratamiento personalizado", afirma. Este análisis pronto estará disponible en el Centro de Tratamiento y Asesoría Capilar Beaute Francaise. |