Claudia Pizarro
Pablo Sanhueza, El MercurioDe esta manera, la semana pasada presentó un recurso de protección para que la Justicia le permita hacerse un aborto terapéutico, acción legal que hoy fue declarada admisible por la Corte de Apelaciones de Santiago. Una drástica solución que según los especialistas no es necesaria ya que, aunque el feto en gestación no es viable, mientras lo espera la mujer sí puede someterse a terapias para combatir la enfermedad que la afecta.
Según las estadísticas, en la actualidad una de cada mil embarazadas presentará un cáncer durante la gestación, un fenómeno que hace unas décadas atrás era mucho menos frecuente, ya que las mujeres preferían tener a sus hijos a edades más tempranas.
Sin embargo, hoy la realidad es otra. "Si tenemos en cuenta que las mujeres están postergando su maternidad hasta después de los 35 años, la probabilidad de que presenten un cáncer durante el embarazo o en el período cercano a éste es efectivamente mayor", afirma Mauricio Cuello, gineco-obstetra de Red Salud UC.
Y aunque el diagnóstico suele ser complejo, sobre todo porque los cambios que ocurren durante el embarazo pueden enmascarar la enfermedad, existen tratamientos efectivos para combatirla y, a la vez, seguros para la nueva vida que se está gestando.
Son tres los factores que deben tomarse en cuenta a la hora de elegir una terapia apropiada. En primer lugar está el tipo de cáncer que afecta a la mujer, ya que no es lo mismo uno de mama que uno cérvico-uterino, porque este último afecta precisamente el lugar donde crece el feto.
También hay que considerar la etapa de desarrollo en que se encuentra la enfermedad y, especialmente, la edad gestacional del feto.
"Hay que tener particular cuidado durante el primer trimestre de gestación, ya que es el período en que pueden ocurrir mayores efectos secundarios en el feto derivados del uso de ciertas terapias oncológicas", precisa Cuello.
De esta manera, los especialistas recomiendan posponer las terapias hasta después de las 15 semanas de gestación y, en caso de ser necesaria irradiación, utilizar técnicas de protección que pueden reducir hasta en un 50% el riesgo para el feto.
En relación a la quimioterapia, los fármacos que se usan en ella pueden atravesar la placenta. Por esta razón, es fundamental que el médico escoja drogas que sean seguras para el feto y descarte las que puedan significar algún riesgo, como es el caso del tamoxifeno.
"Un 20% de los fetos desarrollará malformaciones si está expuesto en forma prolongada a una terapia oncológica convencional. De ahí la importancia de aplicar aquellas que sí son compatibles con el embarazo", enfatiza el gineco-obstetra de Red Salud UC.
En todo caso, el pronóstico del cáncer en embarazadas es muy similar al de las pacientes que no lo están. Eso sí, es importante tomar en cuenta que para las mujeres que han sido sometidas a tratamiento oncológico, es aconsejable esperar entre dos y cinco años antes de quedar embarazadas. Si el embarazo está muy avanzado, otra opción es inducir el parto para iniciar luego el tratamiento contra el cáncer, cuestión que se puede hacer desde las 32 o 34 semanas de gestación sin poner en riesgo al bebé y que éste tenga viabilidad de vida.