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Viajar, ¿un sueño cercano?

Inmediatez, ofertas y la gran cantidad de información disponible en internet ha convertido a las personas comunes y corrientes en sus propios agentes de viajes, aunque la realidad es que solo un grupo minoritario de chilenos se puede dar el lujo de viajar al exterior.

31 de Enero de 2011 | 16:06 | Por Pilar Lagos, Emol
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José Alvujar, El Mercurio
Katmandú, Hanoi y Tombuctú probablemente no están en la lista top de lugares a visitar de los chilenos. En 2010, un total de 1.256.748 chilenos cruzaron la frontera, quizás a la ciudad de Mendoza, o tomaron un vuelo de casi dos horas a la bella cuidad de Buenos Aires. En cambio, solo 122 visitaron el país del sol naciente (Japón), 13 con destino final Tailandia y 1.584 viajaron a Costa Rica. Según datos del Sernatur, Perú también es un país concurrido por los chilenos (1.121.359 visitantes en 2010). Aunque no se puede generalizar que todos los chilenos visitan Arequipa, Cuzco, Machu Picchu y Lima durante su estadía.

Una encuesta realizada en 2009 denominada “¿Cuán cosmopolitas son los chilenos?” señaló que según datos de la encuesta del Proyecto Desigualdades, tres cuartas partes de los chilenos, es decir 9 millones, mayores de 18 años nunca han viajado al extranjero. Solo un 13% lo hizo en los últimos 4 años lo cual podría indicar que la internacionalización de Chile alcanza a un segmento muy reducido de la población.

Emmanuelle Barozet, académica y subdirectora del Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, quién además forma parte de un grupo de investigación dice que aunque Sernatur haya registrado 3 millones de salidas en 2008, esto no necesariamente significa que todos los chilenos tienen acceso a viajar al extranjero y que las personas que más salen del país son los de las regiones como Iquique y Arica porque se les hace fácil cruzar la frontera a Bolivia y Perú. Además, Sernatur registra como salida a un ariqueño que cruza a Tacna, aunque no necesariamente es la persona que deja atrás su vida por seis meses para irse a mochilear por el mundo.

“Francamente, es un sueño que se puede tener. Por lo menos en los resultados empíricos que nosotros tenemos  muestra que casi los únicos que viajan son clase media, y clase media alta”, dice Emmanuelle Barozet, académica y subdirectora del Departamento de Sociología de la FACSO.

Lo que no se puede obviar es que gracias a internet y a la cantidad de información disponible, existen muchas más formas de viajar, o por lo menos soñar que se puede viajar. Agencias de viaje virtuales como www.despegar.com, www.atrapalo.cl, www.orbitz.com y www.expedia.com brindan a los viajeros ofertas a cualquier parte del mundo al instante. En Latinoamérica, el portal más utilizado es despegar.com.

“Es evidente que cada día más consumidores compran sus pasajes por internet y creo que esta tendencia se acrecentará en el futuro”, dice Eugenio Yunis, vicepresidente de la Federación de Empresas de Turismo, Fedetur.

Yunis agrega: “Sigue habiendo y siempre habrá turistas, especialmente de negocios y los de segmentos de mayores ingresos que prefieren seguir los consejos de una agencia de viaje, la que puede encontrarles mejores itinerarios, mejores horarios e incluso mejores tarifas, o aconsejarles sobre hoteles y otros servicios en los destinos que visitaran, además de una atención personalizada”.

Por otra parte, Gonzalo Fernández, gerente general de Atrapalo.cl dice: “Antes la gente iba a las agencias de viaje tradicional, se sentaba frente al agente, quien sabía sobre el tema. Ahora las personas están aprendiendo a hacer las reservas en internet y a buscar las mejores ofertas”.

Información, información, información. Es lo que menos hace falta, información. Solo basta tener una conexión al internet  y hacer una búsqueda para poder encontrar información sobre viajes. Lonely Planet y las guías turísticas de Frommer’s son algunos de los libros disponibles para las personas que prefieren viajar con presupuestos limitados, que por lo general se identifican con la subcultura de los mochileros. Pero hasta ellos, necesitan planificar y tener dinero.

“No me creo mucho el tema de viajar sin rumbo. Tiene que tener un mínimo de planificación en términos de plata, al menos que tengas a un padre o un tío que te vaya a subsidiar. Igual se tiene que pagar el pasaje, y hacer una idea del nivel de vida, y tener un estimado de cuántos meses te va a alcanzar la plata”, dice Emmanuelle Barozet.

Aún así, los viajeros ahora se están volviendo más exigentes. Según Eugenio Yunis, estas son algunas razones: “Los viajeros son más experimentados, tienen más información sobre los destinos turísticos que pueden acceder gracias a internet, existe mayor competencia entre numerosos destinos que ofrecen productos y servicios similares con distintos precios y calidad”.

Además, los viajeros son más conscientes respeto del medio ambiente y prefieren productos y más servicios turísticos que garanticen mayor sustentabilidad y/o que apoyen a la comunidad local. Y sobre todo: “Ellos mismos pueden componer los paquetes turísticos a la medida”, agrega Yunis.

“La gente está aprendiendo a preguntarles a sus pares mediante internet”, explica Gonzalo Fernández, gerente general de Atrapalo.cl. Esta información es valorada porque dependiendo de la opinión de otros, una persona puede deducir si ese lugar es un destino que vale la pena visitar o no. Los viajeros aprenden a leer la letra chica, a detectar lo que les conviene y lo que no. A medida que hay más información, el cliente se vuelve “más inteligente”, añade Fernández.

“La globalización es un fenómeno importante que hace atractivo viajar. Pero que el chileno sea como el israelita o como el alemán que agarran la mochila y se mandan a cambiar por seis meses porque es parte de la vida y lo tienen que hacer a los 19 años, como fenómeno masivo yo aún no lo veo”, explica la subdirectora del Departamento de Sociología de la FACSO, Emmanuelle Barozet.

Barozet hace hincapié en que existe otro fenómeno en la sociedad chilena “Es más común que un grupo de amigas vaya de compras a Miami, o que un grupo de hombres vaya a ver un partido de fútbol a Brasil. “Se desarrolla más el turismo de nicho”, explica.

“La sociedad chilena sigue siendo una sociedad donde la unión de base es la familia y no el individuo. Hay mayor individualización pero comparando con los procesos que hay en los Estados Unidos, y en algunos países europeos es muy distinto. Acá la familia tiene un peso mucho más importante y la vinculación sigue siendo fuerte en términos afectivos y de responsabilidad”, concluye Barozet.

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